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Los recortes sociales de Putin desatan el descontento y una moción de censura

El Gobierno de Rusia supera la votación con un apoyo mínimo del partido en el poder

Pilar Bonet

El Gobierno ruso superó ayer una moción de censura en la Duma Estatal (Cámara baja del Parlamento). Sin embargo, el frío apoyo que Rusia Unida (RU), el partido del Kremlin, brindó al Ejecutivo y la vaguedad del primer ministro, Mijaíl Fradkov, pusieron en evidencia las tensiones internas en la élite dirigente ante las reformas sociales. La moción de censura, iniciada por los comunistas, era apoyada por diputados de otras tendencias, incluidos algunos supervivientes de los partidos liberales que no superaron las legislativas de 2003.

El motivo de la moción era la reforma de las prestaciones sociales, que afecta a millones de personas, entre ellas jubilados, inválidos y otros ciudadanos protegidos en el pasado. El Gobierno, el Parlamento y el presidente Vladímir Putin aprobaron la reforma el pasado verano y fueron secundados por un gran despliegue propagandístico en la televisión estatal, que silenció las críticas expresadas por entonces.

Medio año más tarde, en enero, cuando la reforma, conocida por la Ley 122, entró en vigor, las protestas se extendieron por Rusia. Los jubilados cortaron el tráfico en Moscú y en San Petersburgo y salieron a la calle en diversas ciudades, al descubrir que las compensaciones monetarias no cubrían los costes de los servicios perdidos, tales como el transporte público gratuito. Asustados por la presión callejera, los dirigentes dieron marcha atrás y restablecieron parte de las prestaciones. Tras mostrar su debilidad en público, los estamentos implicados se han echado las culpas los unos a los otros.

El porcentaje de descontentos con el jefe de Gobierno, Mijaíl Fradkov, que no lleva un año en el cargo, ha pasado del 37% al 44% de diciembre a enero, y el de los que confían en Putin bajó seis puntos, del 71% al 65%, en el mismo periodo, según el Centro de Estudios de la Opinión Pública. En los últimos días la televisión estatal muestra cómo el presidente da órdenes a los ministros para que suban los sueldos a diferentes categorías perjudicadas por la reforma, como los militares, y también critican al ministro de Sanidad y Asuntos Sociales, Mijaíl Zurábov, que por su reputación personal y los negocios de sus familiares, es el blanco más fácil para un sacrificio de urgencia.

El Gobierno no corría ayer peligro en la Duma, donde la moción de censura obtuvo 112 votos y por lo tanto no llegó a los 226 necesarios para prosperar en la cámara de 450 legisladores. Lo sorprendente no fue el resultado, sino el hecho de que sólo 20 diputados se opusieron activamente a la moción y votaron en contra de ella. Un total de 136 legisladores simplemente no votaron y cuatro se abstuvieron. RU tiene una mayoría absoluta de 307 diputados y su falta de movilización a favor del Gobierno refleja las tensiones entre el partido del Kremlin y el Ejecutivo. Cinco miembros de RU se atrevieron incluso a apoyar la moción de censura. "No aprobaremos ninguna nueva iniciativa hasta que no nos convenzamos de que detrás hay un mecanismo elaborado hasta la última clavija", dijo ayer el vicepresidente de la Duma, Oleg Morózov, de RU, que dio a Fradkov un ultimátum de dos meses para rendir cuentas de nuevo. "De lo contrario, dentro de seis meses nos echarán a nosotros junto con ustedes", pronosticó.

El presidente ruso, Vladímir Putin, brinda con un veterano de la II Guerra Mundial, ayer en el Kremlin.
El presidente ruso, Vladímir Putin, brinda con un veterano de la II Guerra Mundial, ayer en el Kremlin.AP
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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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