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LA CRISIS DEL CARMEL LLEGA AL PARLAMENT

CiU exige la dimisión inmediata de Nadal antes de crear una comisión de investigación

El ex consejero Felip Puig no acude a la comparecencia del titular de Política Territorial

Convergència i Unió y el Partido Popular hicieron ayer causa común en el Parlament en contra del Gobierno. Ambos grupos de la oposición exigieron la dimisión del consejero de Política Territorial, el socialista Joaquim Nadal, aunque el PP lo explicitará esta semana. Pidieron la creación de una comisión de investigación y denunciaron la mala gestión del Gobierno en la resolución de la crisis desatada en el Carmel, lo que ha afectado a "la credibilidad" del Ejecutivo. Nadal proclamó que no cesará de su cargo, aunque precisó que el presidente Pasqual Maragall es libre de destituirle.

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Convergència i Unió fue ayer el más puro ejemplo de la fe del converso. Durante 23 años al frente del Gobierno catalán se negó reiteradamente a crear comisiones de investigación -y peticiones por parte de la izquierda nunca le faltaron- porque, argumentaba entonces, tan sólo servían para erosionar al Ejecutivo de turno. Razones idénticas aducía en el Congreso para rechazar las comisiones de Gescartera o del 11-M, por ejemplo.

Pero ahora, desde la bancada de la oposición, el paisaje se ve con otros ojos. CiU clamó ayer primero por depurar responsabilidades políticas y, a continuación, investigar lo sucedido. Eso sí, con limitaciones: la comisión de carácter técnico sólo abarcaría las decisiones adoptadas por el actual Gobierno de izquierdas tras el socavón, cuando la casi totalidad de trámites administrativos recibió luz verde en la época nacionalista.

Casualmente, el entonces consejero de Política Territorial de CiU y técnico en obras públicas, Felip Puig, no apareció ayer por la comisión parlamentaria, pues prefirió seguir la sesión desde su despacho. Los socialistas echaron en cara a CiU tan elocuente ausencia. Durante toda esta crisis, Puig se ha mantenido muy prudente en sus manifestaciones y ha evitado exigir la destitución de Nadal. La pasada semana incluso llegó a afirmar que asumir responsabilidades políticas significaba dar explicaciones, pero no dijo nada de dimisiones o ceses.

La estratagema de CiU -limitar la investigación a la época de Maragall- no pasó desapercibida ni a los ojos de la izquierda ni mucho menos a los de sus colegas de oposición. El PP reclamó investigarlo todo para que CiU y el tripartito aclaren lo sucedido y den cuenta de las decisiones tomadas, tanto desde su vertiente técnica como política.

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Los nacionalistas insistieron en reclamar la dimisión de Nadal por haber puesto en "riesgo la seguridad" de los vecinos al entregarles, antes del segundo socavón, unos certificados técnicos "sin base"que les garantizaba el regreso a sus viviendas. Josep Rull, portavoz en la comisión por parte de CiU, llegó a acusar a Nadal de "forzar" a los técnicos a firmar documentos que justificaran sus decisiones políticas.

"No dimitiré"

Fue el único momento, en las cinco horas de comisión parlamentaria, en que el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal, estuvo a punto de perder la compostura en el turno de réplica. Nadal, visiblemente molesto, calificó de "auténtica obscenidad política" tal acusación y le repitió en varias ocasiones su intención de no cesar del cargo. No obstante, precisó que su continuidad al frente del Departamento de Política Territorial depende del presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall. Nadal espetó a Rull que admitiría cualquier crítica o cualquier responsabilidad pero nunca la de primar las decisiones políticas por encima de las técnicas y de la seguridad de las personas.

Rull centró sus críticas en la gestión del Gobierno tras la crisis desatada por el descubrimiento del segundo socavón. Una gestión plagada de "decisiones precipitadas" que ha mermado seriamente, a su juicio, la credibilidad del Ejecutivo catalán entre los vecinos del barrio y entre toda la ciudadanía catalana hasta el punto de que, ahora, cualquier afirmación o acción "no resulta creíble y no genera confianza". El portavoz convergente se esforzó en todo momento en aparecer como el portavoz de los vecinos del Carmel y subrayar "el sufrimiento" de los vecinos del barrio barcelonés.

Destituciones esta semana

El popular Josep Llobet se mostró más conciliador a pesar de que, como recordó, su grupo nunca ha tenido responsabilidades de Gobierno en Cataluña, lo que le protege de cualquier responsabilidad. A Llobet le faltó poco para exigir la dimisión inmediata de Joaquim Nadal. Lo explicitará a final de esta semana si antes no se producen destituciones en el área de Política Territorial, lo que, a tenor de lo declarado ayer por Nadal, no se va a producir. Por tanto, si el PP no cambia de opinión, reclamará la dimisión de Nadal en unos días.

El PP fue más allá de pedir responsabilidades al actual Gobierno. Llobet también interrogó, en clara referencia a los bancos de Convergència i Unió, sobre la decisión de cambiar la ubicación del túnel de maniobras o la de no sacar a exposición pública el cambio de trazado. Por estos motivos, pidió la creación de una comisión de investigación que esclarezca qué Administración tomó cada una de las decisiones.

El parlamentario popular acusó al Gobierno y al Ayuntamiento de Barcelona de haber llevado una gestión "nefasta" y marcada por la "descoordinación". "Peor no se podía haber gestionado", proclamó Llobet.

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