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Reportaje:LA CRISIS DEL CARMEL LLEGA AL PARLAMENT

Era evitable

La investigación analizará la construcción y el seguimiento de la obra hecho por GISA

El hundimiento del túnel del Carmel en Barcelona fue evitable. Hasta dos veces seguidas lo dijo ayer en el Parlament el consejero de Política Territorial, Joaquim Nadal. En su comparecencia para explicar los hechos, sus causas y consecuencias, Nadal aventuró que hubo error, aunque no negligencia, que no se analizaron bien los datos geológicos y que es imprescindible cambiar las normas, incrementando las medidas de seguridad, y dar primacía a la técnica sobre los aspectos financieros. El consejero anunció que en su momento se acudirá a los tribunales.

Si se hubiera reforzado la obra, el túnel que se construye en el barrio barcelonés del Carmel y que ha supuesto el realojo de 1.057 personas (de las que sólo 869 estaban empadronadas), no se habría hundido, aseguró Nadal, antes de añadir que a partir de ahora las medidas de seguridad se reforzarán siempre, incluso cuando no sea exigible, como era el caso en el Carmel.

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"La situación creada, ¿podía haberse evitado? Sinceramente, creo que sí". Los motivos que llevaron al hundimiento fueron varios. Entre ellos, un análisis poco crítico y exigente de los datos geológicos, que apuntaban un material roto que podía producir un desprendimiento y causar el hundimiento final. Fue, dijo Nadal, un error que "no se podía prever porque la falla no se percibía, pero se habría podido prevenir porque los datos geológicos sí nos daban a conocer la textura rota de los materiales superiores". No se podía prever porque se siguieron todos los protocolos establecidos, pero se podía prevenir porque reforzando el túnel éste no hubiera cedido.

De estas explicaciones se deriva que hubo un error, pero no hubo negligencia ni dolo, "si lo hubiera habido, ya habríamos hablado con el fiscal", dijo Nadal. Hubo exceso de confianza en el método de construcción empleado y en la resistencia de la roca, pese a que algunos datos geológicos "nos daban a conocer que había una estructura rota en la parte superior". Y añadió: "Veo un error que se habría podido prevenir, un error que ocasiona un accidente que no avisa, y cuando avisa es demasiado tarde".

Para el futuro inmediato, anunció Nadal, es imprescindible analizar todo el proceso de toma de decisiones y constructivo con el objetivo de mejorar lo relacionado con las obras públicas. Por ejemplo, informó de que el sistema de subcontrataciones sucesivas ha comportado que el autor del estudio geológico fuera de una empresa subcontratada al efecto y, por tanto, no pueda estar luego presente en el desarrollo de la obra, cotejando los datos que se consiguen en la fase de construcción con el informe de partida.

El Gobierno catalán, que ha paralizado la totalidad de las obras de ampliación de la línea 5 del metro, donde se produjo el hundimiento, ha decidido también revisar la totalidad de obras previstas, estén en la fase que estén, y exigir que las previstas por el método austriaco (refuerzo sólo en determinados casos) se hagan todas con refuerzos, incluso cuando no lo exijan los estudios geológicos.

De todos modos, Nadal fue explícito respecto al método de construcción: se podían haber aumentado las medidas de seguridad, pero no se podían utilizar otros métodos. No se podía utilizar la tuneladora, inadecuada para colas de túnel como la del Carmel. Más aún, aunque se hubiera utilizado tuneladora en el túnel principal (cosa difícil porque necesita un gran trecho para penetrar, inexistente en el Carmel), la estación, más ancha, se hubiera tenido que construir siguiendo el método austriaco.

Nadal también ofreció una serie de datos respecto al momento en el que se decidió que el túnel iría en el Carmel y no en Horta, como figuraba en el proyecto inicial. Una decisión que tomó el anterior Gobierno de CiU, pero que hizo suya. El 18 de febrero, dijo Nadal, el actual Ejecutivo aprobó la modificación del proyecto, en el que ya figuraban no pocos cambios aprobados sin documento por el anterior Gobierno. Luego asumió la decisión y, al final, dijo que esperaba no haber cometido una ingenuidad con ello.El consejero compareció ayer en el Parlament a petición propia, aunque la oposición también había reclamado su presencia. Anunció que la investigación no ha concluido y pidió volver a dar explicaciones en un plazo de dos o tres semanas. Entonces, dijo, podrá hablar de los responsables. "Ahora no voy a señalar a un culpable sólo para dar satisfacción a las urgencias políticas", sostuvo. "No cometeré ahora", precisó, "la injusticia de señalar a un culpable u otro". Y más tarde, tras la petición de CiU de que presentara su dimisión, aseguró que no pensaba hacerlo porque no veía motivos para ello. No dio nombres ni de personas ni de entidades a las que cargar la responsabilidad del "accidente fortuito", pero apuntó no pocas cosas. Por ejemplo, los geólogos de la obra minusvaloraron los datos obtenidos durante la construcción del túnel, datos mucho más importantes que los de las catas.

No menos importante: se están analizando con detenimiento las certificaciones de las diversas fases de la obra, por si apareciera algún tipo de ahorro en materiales o mano de obra. Al mismo tiempo, se estudian las actas para comprobar si hubo discrepancias entre la constructora (una unión temporal de empresas), la dirección de obras y GISA, la empresa pública que encarga la obra por delegación de la Generalitat. La dirección de GISA no saldrá bien parada. Nadal anunció ayer su reforma: ahora la figura del presidente y el consejero delegado coinciden en una misma persona. En adelante, quedarán separadas las funciones y uno de ellos será un representante gubernamental.

"Habrá que analizar", dijo Nadal, "las actas de obra, las reuniones de seguimiento, las certificaciones. GISA, la dirección de la obra y la UTE tendrán que someter a revisión sus actuaciones y el seguimiento global de la obra, los antecedentes, los avisos, las reuniones, la gestión", dijo Nadal, para "determinar las causas concretas de un hecho que quizás no se podía prever, pero que se habría podido prevenir y evitar colapsos, el susto, el daño y la angustia que se ha provocado".

Certificados y retornos

Nadal, en respuesta a preguntas de la oposición, dio algunas de las razones que habían llevado al Gobierno catalán a exigir certificados de solidez a los facultativos implicados en las obras del túnel de maniobra del metro: las pólizas de los seguros suscritas por los técnicos, a título individual, y por las empresas, de modo colectivo. "Sin certificado no había retorno", dijo. Y añadió que tomó la decisión de forzar el realojo de los vecinos por segunda vez, tras haber autorizado una primera vuelta a casa de un grupo de ellos, porque la seguridad es los más importante: "Prefiero que se me diga que no inspiro confianza que hacer correr riesgos a las personas", dijo.

La zona donde se produjeron los socavones rodeada ayer de vecinos e informadores.
La zona donde se produjeron los socavones rodeada ayer de vecinos e informadores.TEJEDERAS

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