EE UU implanta normas para que el sector privado no 'compre' a científicos públicos
Estados Unidos ha implantado un nuevo código de ética en los Institutos Nacionales de la Salud (NIH) para impedir la compra de sus científicos. La reforma prohíbe el pluriempleo de los 5.000 investigadores de plantilla del Gobierno en farmaceúticas o centros académicos, así como la adquisición de acciones de empresas médicas o de biotecnología. La medida llega tras conocerse que al menos 125 científicos han ganado millones de dólares como salario o dividendos desde 1990. "Confío en que estas normas prevengan los abusos y ayuden a preservar el histórico papel de NIH como fuente primaria de información imparcial de la ciencia médica", dice el director del instituto, Elias A. Zerhouni.
Un caso sonado es el de un investigador de Alzheimer que cobró medio millón de dólares del laboratorio Pfizer, fabricantes de uno de los medicamentos más vendidos contra esa enfermedad. Otros recomendaron productos de sus compañías o dieron conferencias sobre la bondad de algún fármaco.
Las incompatibilidades ocurrieron silenciosa pero no ilegalmente, pues el anterior director de NIH, Harold Varmus, flexibilizó las normas con el supuesto fin de reclutar a científicos brillantes. Muchos de esos talentos amenazan ya con desertar al sector privado.
Las nuevas normas permiten impartir cursos, escribir libros o artículos y dar conferencias. También se autoriza un cierto nviel de colaboración con la industria privada o con universidades que obtienen fondos de NIH, pero siempre sin que haya honorarios de por medio.
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