Los obispos dejan libertad de voto pero subrayan los aspectos negativos
Si los españoles votan no a la Constitución europea, los obispos estarán de acuerdo; si votan en blanco o se abstienen, también. Y tampoco les importa si votan sí. Todas las opciones, dicen, son "legítimas". Se limitan, explicó ayer el secretario general de la Conferencia Episcopal, a hacer una serie de consideraciones sobre el Tratado europeo que sirvan de guía a los católicos y a todos los demás para que emitan un voto "responsable y en conciencia".
Pero entre esas consideraciones, y a pesar de que manifiestan su "apuesta por Europa", destacan los aspectos negativos del texto que se someterá a referéndum, una consulta que, recuerdan, "no obliga jurídicamente a nadie".
Los obispos "hubieran deseado ver definido sin ambigüedad" el derecho a la vida y, entre otros "aspectos negativos", citan que el texto no excluye "la investigación letal con embriones humanos, ni el aborto, ni la eutanasia, ni la clonación de seres humanos para la experimentación y la terapia". También echan en falta mayores garantías para el matrimonio y la familia tal y como los entiende la Iglesia, "así como una definición explícita del matrimonio como la unión estable entre un hombre y una mujer y la protección del derecho de los niños a no ser adoptados por otro tipo de uniones", en referencia a las parejas homosexuales.
Desearían, además, una mayor participación de los ciudadanos en la Unión. Pero lo que "lamentan profundamente es la omisión deliberada del cristianismo como una de las raíces vivas de Europa y de sus valores".
Les satisface, entre otras cosas, que se reconozca la libertad de creación de centros educativos y "el derecho de los padres a educar a sus hijos conforme a sus convicciones religiosas, filosóficas y pedagógicas". Y entienden que los europeos se verán beneficiados con lo que el texto comporta: " la paz, el desarrollo económico y social y una cooperación más eficaz contra el terrorismo".
Perplejidad
Como no ven fácil precisar qué aspectos priman sobre otros, han optado por dejar libertad de voto a sus seguidores, si bien les advierten de que el voto en blanco o la abstención son una opción válida en el caso de que "no sea posible superar la perplejidad ante un texto complejo con luces y sombras, o no se pueda aceptar en su raíz el planteamiento de la consulta". Que el voto, dicen, no venga sólo "movido por la inercia o la mera propaganda". Juan Antonio Martínez Camino, portavoz de la Conferencia Episcopal, añadió: "Nunca decimos lo que hay que votar, pero el texto dice mucho; es mejor decir esto que no decir nada".
Preguntado también por el plan Ibarretxe, Martínez Camino afirmó que les preocupa desde el punto de vista exclusivamente moral, pero aseguró que en la reunión de los obispos de ayer no se trató la unidad de España ni se espera que se trate en un futuro.
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