Europa consagra los derechos de sus ciudadanos
Aseguran los cronistas de la corta historia de la aventura común europea que los padres de Europa -los franceses Robert Schuman y Jean Monet, el alemán Conrad Adenauer, el italiano Alcide de Gasperi y el belga Paul-Henri Spaak- utilizaron como cebo la comunidad económica, el templo de los mercaderes, para saltar de ahí a la unión política de manera tan natural como inevitable. Si realmente lo planificaron así, acertaron. La Constitución europea da prioridad por vez primera a los tres paquetes constitucionales políticos esenciales: los valores en los que se basa la Unión, sus objetivos y los derechos fundamentales de sus ciudadanos, además de la organización de sus instituciones. Se trata de los capítulos más esenciales del texto.
Inicialmente, los objetivos de la Unión eran económicos: el desarrollo conjunto de la zona, la competitividad, la protección de la agricultura... En 1985, el Acta Única ya dio un paso al crear el mercado interior, pero fue en 1992 cuando el Tratado de Maastricht introdujo objetivos políticos, como la voluntad de Europa de jugar un papel conjunto en la escena internacional o crear un espacio común de seguridad y justicia. Ahora, es el Tratado constitucional el que marca definitivamente la vía hacia la unión política de Europa.
Por vez primera, la Constitución define qué es y para qué existe la Unión, a cuyos ciudadanos aporta ahora más derechos y más seguridad. Es "una unión de Estados y ciudadanos", porque son los Estados los que ceden competencias a la Unión para que las gestione "de modo comunitario". Ni es una unión "de pueblos y Estados", como querían los nacionalistas, ni administra las competencias "de modo federal", como pretendieron los alemanes sin que lo consintieran británicos, nórdicos y los socios del Este, aunque sí contiene normas de claro espíritu federal. Esta unión está "abierta a todos los Estados europeos que respeten sus valores" y, por tanto, puede caber Turquía, siempre y cuando respete esos valores.
VALORES
¿Cuáles son los "valores de la Unión?". "El respeto a la dignidad humana
[figura por vez primera en el Tratado de la Unión], la libertad, la democracia, la igualdad
el Estado de derecho y el respeto a los derechos humanos, incluidos los de las minorías
", en una sociedad "caracterizada por el pluralismo, la no discriminación, la tolerancia, la justicia, la solidaridad y la igualdad entre mujeres y hombres" (I-2). Esos valores definen la identidad europea, son constitutivos de su identidad.
"La Unión ya no es una organización internacional ordinaria con fines económicos, sino, sobre todo, una comunidad de valores", destaca Etienne de Poncins, colaborador directo de Giscard D'Estaing en la Convención, en su libro La Consitution européene en ving-cinq clés. Por eso, la lista de valores no es una mera relación de conceptos. Su cumplimiento es la condición de cualquier Estado candidato para entrar en el club y su violación pone a cualquier socio en el disparadero de ser expulsado (I-59). El Parlamento polaco acaba de rechazar en una ajustada votación la pena de muerte. Si la hubiera aprobado y la Constitución estuviera ya en vigor, Polonia se vería forzada a salir de la Unión. Esos valores suponen, por tanto, una garantía para los ciudadanos europeos.
CARTA DE DERECHOS
Aprobada y proclamada en diciembre de 2000, la Carta de Derechos Fundamentales de la UE se incorpora al Tratado como Parte II. Enumera los derechos que corresponden al ciudadano europeo por serlo de un Estado socio: desde los clásicos (derecho a la vida, libertad de expresión y de información, prohibición de la pena de muerte o las torturas...) a los modernos (protección del medio ambiente) pasando por los sociales (derecho a trabajar y en condiciones justas, a la huelga y a la protección en caso de despido injusto) y los propios de la ciudadanía europea (libre circulación o residencia). "La dignidad humana es inviolable; será respetada y protegida" (Parte II-artículo 61), arranca la Carta. Los derechos a la educación y a la prevención sanitaria, la libertad de empresa, el derecho a la propiedad, a un juicio justo, la igualdad ante la ley, la protección en caso de despido injustificado... son principios que quedan garantizados en la UE al máximo nivel legislativo.
Al incorporarse al Tratado, esos derechos adquieren fuerza jurídica, lo que supone otra garantía para el ciudadano, porque toda decisión y ley de la Unión deberá respetarlos. El país que más se resistió a este logro fue el Reino Unido, donde el derecho a la huelga, por ejemplo, es muy restringido. Londres dejó constancia de que la aplicación de esos derechos no interferirá en las legislaciones nacionales, pero lo cierto es que éstas ya están, y lo estarán más y más, impregnadas de la europea.
OBJETIVOS
El cuadro lo completa la relación de los objetivos de la Unión, su razón de ser: "La Unión tiene como finalidad promover la paz, sus valores y el bienestar de sus pueblos" (I-3). Dentro de sus fronteras, ofrecerá "un espacio de libertad, seguridad y justicia sin fronteras" en "una economía social de mercado altamente competitiva" (concepto este último incluido a petición de la patronal europea UNICE), pero también "tendente al pleno empleo" a la vez que fomenta "la justicia y la protección sociales" y respeta "la riqueza de su diversidad cultural y lingüística". Afea el artículo la inclusión entre tan sagrados objetivos el de "la estabilidad de los precios", una exigencia de los bancos centrales.
En el resto del mundo, Europa "contribuirá a la paz, la seguridad, el desarrollo sostenible del planeta, la solidaridad [clara diferencia con EE UU], el comercio libre justo, la erradicación de la pobreza y la protección de los derechos humanos, especialmente los del niño".
SÍMBOLOS
Como colofón de su identidad, de su identificación, el Tratado incluyó a última hora, también con oposición británica, los símbolos de la Unión (I-8): La bandera de la Unión representa un círculo de doce estrellas doradas sobre fondo azul (adopta en 1985; doce es el símbolo de la perfección, según la tradición judeo-cristiana). El himno de la Unión se toma del Himno (Oda se llama realmente) de la Alegría de la Novena Sinfonía de Ludwig van Beethoven. La moneda de la Unión es el euro. El Día de Europa se celebra el 9 de mayo en toda la Unión (día de la declaración de Robert Schuman en París en 1950). Por último, la divisa de la Unión es "Unida en la diversidad".
CIUDADANÍA
Y para cerrar el círculo, "toda persona que tenga la nacionalidad de un Estado miembro posee la ciudadanía de la Unión, que se añade a la ciudadanía nacional sin sustituirla" (I-10). Y para ese ciudadano europeo, los derechos extra de los que son titulares: circular y residir en cualquier país del club, sufragio activo y pasivo en las elecciones europeas, acogerse en el extranjero a la protección diplomática de cualquiera de los socios o escribir a las instituciones europeas en su propia lengua.
Con todo ello, la Unión se convierte en el espacio democrático con los más elevados derechos y más garantizados. "Un modelo mundial", asegura Íñigo Méndez de Vigo, eurodiputado del PP y gran impulsor de la Carta, junto con Álvaro Rodríguez Bereijo, ex presidente del Tribunal Constitucional.
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