Las descargas de música en Internet, en el punto de mira

Bernard Miyet, presidente de la Societé des Autors, Compositeurs et Éditeurs de Musique (SACEM) de Francia, estaba ayer eufórico. Estos días se ha fallado una sentencia que condena a un internauta de 28 años por haberse bajado y compartido en Internet hasta 10.000 títulos de canciones a una multa de 3.000 euros y a pagar 10.000 euros a las dos productoras afectadas y a la sociedad de autores (que recibirá unos 3.400 euros). "El tribunal ha reconocido que la descarga es un perjuicio para los autores", indica Miyet, que participó ayer en la última de las mesas del III Encuentro de Creadores. En su opinión, esta operación ha sido posible gracias a una directiva europea que, a su juicio, "sería también aplicable en España". "Antes de iniciar este procedimiento judicial ha habido cooperación para negociar una carta de compromisos entre los proveedores de acceso, las discográficas, las sociedades de autor y los ministerios de Cultura, Comunicación, Industria y Finanzas para poner en marcha tres acciones. La primera es la concienciación pedagógica del público; la segunda es crear sitios de música en red a través de portales de tiendas como Fnac u otros para facilitar que haya el mayor número de obras accesibles en la Red, y la última es la represión, que en todo caso se acuerda que se aplicará sólo a los que piratean grandes cantidades".

En la misma mesa, Miguel Pérez Subías, presidente de la Asociación de Usuarios de Internet, fue muy criticado cuando indicó que era imposible parar este fenómeno porque "sólo en España hay unos tres millones de personas que realizan descargas". "Es una realidad social que está aquí y contra la que es muy difícil luchar", añadió. "En lugar de perseguir a la gente, lo que proponemos es darle la vuelta y ver qué otras posibilidades de negocio pueden generar estos usos. En cualquier caso, estamos en contra de la criminalización del usuario".