Alemania critica la regularización de inmigrantes en España

La regularización de inmigrantes asentados en España lanzada por el Gobierno de Madrid preocupa a los Gobiernos de Alemania y Holanda. El ministro del Interior germano, Otto Schily, así como su homóloga holandesa en asuntos de Inmigración, Rita Verdonk, pidieron cuentas ayer a España y expresaron su temor a una "regularización masiva" de inmigrantes que tiene consecuencias para el resto porque "pueden después desplazarse libremente a Francia y a Alemania", según palabras de Schily. El secretario de Estado de Seguridad, Antonio Camacho, les respondió que todos los candidatos a la regularización están asentados ya en España y tienen trabajo, razón por la se quedarán donde están.

Camacho aseguró en su intervención en el Consejo de Ministros europeos de Justicia e Interior, que ha tenido lugar en Luxemburgo, que el programa de regularización de inmigrantes a iniciar en febrero en España no es una "regularización masiva", que los procesos los inician los empresarios porque es sólo para los que ya tienen trabajo, y que con el sistema se pretende evitar también la explotación de estas personas en el mercado laboral.

"En la UE deberíamos intentar tener algún tiempo de armonización sobre los asuntos de inmigración ilegal y con esto no quiero decir que la iniciativa española sea mala en sí misma. Al contrario. Pero esto tenemos que tratarlo a nivel europeo", explicó después Otto Schily en rueda de prensa. "Lo que tenemos que ver es cómo este tipo de iniciativas afectan al resto de Europa", subrayó la holandesa Rita Verdonk. Según el Ejecutivo español, la regularización a iniciar en febrero puede afectar hasta a un millón de extranjeros, pero no sabe cuántos de ellos podrán acogerse al proceso.

Refugiados

El resto de los socios de la UE están, por lo demás, más preocupados por los demandantes de asilo que por la inmigración económica, que ha convertido a España en el destino preferido de Europa en los últimos cuatro años. Están preocupados a pesar del drástico recorte de admisión de refugiados que la UE ha hecho en su conjunto. EE UU, Australia, Canadá y Nueva Zelanda ofrecieron 100.000 plazas el año pasado para reinstalar en su suelo a peticionarios de asilo frente a sólo 4.700 en la UE, según les recordó ayer a los ministros europeos el comisionado para los refugiados de la ONU, Ruud Lubbers.

Lubbers, que exigió a la UE una política conjunta de asilo, coincidió con muchos de los ministros en la necesidad de ayudar a los países de tránsito (como los del norte de África) a acoger a los refugiados que huyen hacia los países desarrollados. Tanto Dinamarca como Alemania esgrimieron una razón económica: es más barato ayudar y mantenerlos allí que no en su propio suelo. "Si podemos transformar estos países de tránsito en países de asilo, esto ayudaría a reducir los movimientos siguientes", dijo Lubbers.