¿Sacará a las tropas de Irak si se lo piden? "Sin la menor duda"
El presidente Bush declaró el jueves en una entrevista que retirará las fuerzas estadounidenses de Irak si el nuevo Gobierno salido de las elecciones de mañana se lo pide, pero que imagina que los primeros dirigentes democráticamente elegidos del país querrán que las tropas permanezcan para ayudar, no como ocupantes. "He hablado con personas que seguramente van a ocupar puestos de responsabilidad después de las elecciones, aunque nunca se sabe", declaró Bush. "Pero da la impresión de que la mayoría de los dirigentes comprenden que las tropas de la coalición van a ser necesarias hasta que los iraquíes sean capaces de luchar".
No dijo quién cree que va a salir victorioso. Pero, al preguntarle si, en principio, Estados Unidos saldría de Irak a petición de un nuevo Gobierno, respondió: "Sin la menor duda. Éste es un Gobierno soberano. Son responsables de sí mismos". Algunos miembros de la Administración estadounidense habían hablado ya en este sentido, pero es la primera vez que lo hace Bush.
"Dos de las grandes ironías de la historia serán un Estado palestino y un Irak democrático"
"Estamos presenciando cómo se hace historia, una historia que cambiará el mundo"
En una conversación de 40 minutos con corresponsales de The New York Times, celebrada en el Despacho Oval, el presidente Bush, sentado ante un fuego chisporroteante, habló de varios aspectos que pretende tocar en su discurso sobre el estado de la Unión, la próxima semana. No obstante, era evidente que tenía la mente puesta en Irak, sobre todo; dijo que, con estas elecciones, "estamos presenciando cómo se hace historia, una historia que cambiará el mundo". Éste ha sido el mensaje que Bush ha querido transmitir en una serie de entrevistas concedidas desde los días anteriores a su toma de posesión, el 20 de enero. Asimismo, habló de Irak dentro de un plan general para democratizar Oriente Próximo.
"En mi opinión, dos de las grandes ironías de la historia van a ser la existencia de un Estado palestino y un Irak democrático, que mostrarán el camino a los pueblos que desean desesperadamente ser libres", dijo el presidente. En especial elogió a Mahmud Abbas, el nuevo líder palestino, del que dijo que es un hombre que cuenta "con la voluntad de la gente, y eso es algo que inspira a los dirigentes".
En política interior, Bush eludió la pregunta sobre si está de acuerdo con la ley de Florida que prohíbe a los hombres y mujeres homosexuales que adopten, y dijo que no la conocía. Pero sí explicó que, aunque "los niños pueden recibir amor de una pareja homosexual", él cree que "los estudios demuestran que lo ideal es que el niño crezca en una familia con un matrimonio formado por un hombre y una mujer".
Dijo que su plan para revisar la Seguridad Social va a tener una presencia fundamental en su discurso sobre el estado de la Unión, y reconoció que lo que quiere hacer exigirá unas decisiones políticamente difíciles por parte del Congreso. También insinuó, tres días después de declarar ante una manifestación de la organización Marcha por la Vida que podía ver "el germen" de una nación en la que cada niño tenga "una bienvenida en la vida y la protección de la ley", que está resignado, por ahora, a que el aborto siga siendo posible, y que se propone hacer gala de un liderazgo moral, más que proponer iniciativas específicas en contra del aborto. "Creo que el objetivo debe ser convencer a la gente para que valore la vida", dijo Bush. "Pero comprendo muy bien que nuestra sociedad está dividida sobre el tema y que va a haber abortos. Ésa es la realidad. Me parece que mi deber es convencer a la gente para que tome las decisiones adecuadas y sepa que existen alternativas al aborto, como la adopción; y pienso seguir haciéndolo".
El presidente reconoció que muchos iraquíes siguen considerando a Estados Unidos como una fuerza de ocupación, aunque no llegó a mostrarse de acuerdo con la opinión -expresada por un número cada vez mayor de republicanos- de que las dimensiones de la presencia estadounidense en Irak sirven para empeorar la violencia, porque ofrecen un blanco de gran tamaño a los rebeldes. "Una cosa fundamental, que me parece que entienden muchos iraquíes -y yo también-, es cómo conseguir que los ciudadanos vean a los soldados estadounidenses como gente que va a ayudar, no como ocupantes", dijo. "Mientras se considere que la presencia de la coalición es una ocupación, eso permite a los rebeldes, a los radicales, seguir convenciendo a la gente de que el Gobierno no es verdaderamente un Gobierno de ellos, que es cómplice porque consiente que su país esté ocupado".
"Me parece lógico", prosiguió. "Y también me parece esperanzador, porque quiere decir que existe una especie de sentimiento nacionalista que dice: 'Éste es mi país'. Y eso es una señal positiva". Sin embargo, Bush advierte también "cierto realismo entre los dirigentes -por lo menos, aquellos con los que he hablado- que dice: 'Tenemos mucho más trabajo que hacer antes de poder salir adelante solos".
La propuesta reciente del primer ministro británico, Tony Blair, de traspasar las zonas más tranquilas del país a manos enteramente iraquíes es "una opción, desde luego", dijo Bush, pero añadió que todavía no lo ha hablado con su estrecho aliado. A Bush le acompañaban durante la entrevista, celebrada poco después de que volviera de un viaje realizado a Ohio ese mismo día, varios colaboradores, que permanecieron todo el tiempo callados. Estaban Dan Bartlett, asesor del presidente, Nicolle Devenish, directora de comunicaciones de la Casa Blanca, y Scott McClellan, secretario de prensa. El presidente no quiso hablar con detalle sobre sus planes para la Seguridad Social, pero sí se extendió a propósito de Oriente Próximo. A los 35 minutos de comenzada la entrevista, cuando parecía que estaba terminando sus comentarios sobre el futuro de los israelíes y los palestinos, Scott McClellan interrumpió para dar las gracias e indicar, con ello, que la conversación había terminado.
Pero el presidente Bush dijo con tono firme: "Todavía no he terminado", y siguió explicando que las elecciones iraquíes van a formar parte de una primera oleada de democratización en Oriente Próximo. El presidente, que tiene previsto viajar a Europa el mes próximo, rechazó la insinuación de que las relaciones con los europeos, especialmente con Alemania y Francia, hayan quedado maltrechas tras las discrepancias a propósito de la guerra de Irak. "Creo que estamos trabajando bien en lugares como Afganistán", dijo. "Y colaboramos bien en Haití". Añadió que, "por supuesto, tuvimos nuestras diferencias en relación con Irak", pero que las relaciones se encuentran en buen estado y tienen posibilidades de estar aún mejor. "Estoy deseando trabajar con ellos", afirmó.
Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia.
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