Crisis y Juegos del Mediterráneo

¿Quién manda en Almería? Lógica pregunta de difícil respuesta que nos hacemos quienes sentimos una enorme preocupación ante un año de trascendental importancia. De las numerosas obras que se nos anunciaban con motivo de los Juegos Mediterráneos, las que realmente se han realizado han sido las estrictamente necesarias para que se puedan celebrar e incluso no todas ellas, pues que recuerde en este momento, se ha quedado en el camino alguna piscina. Recordemos que tanto en Sevilla como en Barcelona, para los eventos del año 1992 -años en los que gobernaba el vilipendiado Felipe González y su cuadrilla de corruptos, según algunos- se realizaron en ambas ciudades obras que han significado para ambas un antes y un después. Son ciudades que por su tamaño y complejidad no se puede comparar la dificultad e inversión de las obras que se acometieron con las que se habrían de realizar en Almería con ocasión de los Juegos, resultando que desde el Gobierno central -años de gobierno del admirado, por los mismos "algunos" de antes, señor Aznar-, si se ha limpiado la playa de El Toyo y se están acometiendo las obras de la rotonda de acceso al Estadio Mediterráneo ha sido mediante actuaciones de carácter urgente que el Gobierno de Zapatero -de la misma "cuerda" que Felipe González- ha decidido realizar, casi sin tiempo para terminarlas y al poco de acceder al Gobierno, actuando con una diligencia que hubiera sido de desear hace algunos años. La campaña de las últimas elecciones municipales, en las que se elegía quién iba a gobernar durante la celebración de los Juegos Mediterráneos y en vista del retraso de las anunciadas obras, muchos pensaron que tener unos gobernantes del mismo partido que el Gobierno que tenía que realizar las inversiones iba a facilitar las mismas -obras e inversiones-, incluso en las visitas que nos hicieron los ministros implicados así lo anunciaban, las promesas de la llegada del AVE para los Juegos, la mejora de comunicaciones y accesos, las obras para la ordenación del tráfico y la futura configuración de nuestra ciudad, quedaron en promesas. Ahora que ha llegado el momento y que desde muchos sectores se está llamando a trabajar a los responsables que tienen el poder efectivo -PP, GIAL-, para que no tengamos que echar mano a la capacidad de improvisación a última hora, si es que ya no es tarde, resulta que están ocupados por crisis que acaparan toda su atención y capacidad. A mí me da la impresión de que éstas -crisis- les han venido al pelo para ponerse la venda antes de producirse la herida, lo malo es que la herida para Almería va a ser, al menos, de pronóstico reservado.