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El Santander sale del Royal Bank con una plusvalía de 739 millones

Íñigo de Barrón

La compra del británico Abbey ha obligado al Grupo Santander a romper una relación de 15 años con el Royal Bank of Scotland, su más preciado y antiguo socio. Ayer, la entidad anunció la venta del 2,57% que aún controlaba en la entidad británica en una colocación efectuada por Merrill Lynch entre inversores institucionales y que le ha reportado unas plusvalías por valor de 739 millones de euros, según la CNMV.

Las 81,6 millones de acciones que tenía del Royal Bank se han vendido a 17,20 libras (24,82 euros) por acción, lo que eleva la transacción a 1.043,40 millones de libras (unos 1.510 millones de euros). El Santander "usará el producto de la colocación para la financiación de sus actividades", según explicó la entidad a la Comisión de Valores.

La salida del Santander de su capital es consecuencia de la compra Abbey y de la imposibilidad por razones de competencia de estar presente en dos bancos británicos.

Preguntado por el futuro de esta participación en la junta de accionistas de octubre de 2004, Botín eludió reconocer la imposibilidad de mantener ambas inversiones bancarias británicas y se limitó a decir que la "adaptaría a las nuevas circunstancias", aunque dijo que el Royal será siempre un "punto de referencia" para el grupo. De hecho, el banco escocés todavía mantiene el 1,88% del Santander.

Nada más cerrarse la operación de Abbey, Emilio Botín y su director general, Juan Rodríguez Inciarte, dimitieron del consejo del Royal, y el presidente del banco escocés, George Mathewson, renunció a su cargo en el máximo órgano de administración del Grupo Santander.

No obstante, los altos ejecutivos habían dejado de asistir a las reuniones del consejo del otro banco desde que se planeó la compra de Abbey e, incluso, Mathewson se ausentó de la última junta general de accionistas del Santander. Meses antes, el Santander había reducido su participación en el escocés a la mitad, al deshacerse de un 2,51% de su capital para facilitar la compra de Abbey, con unas plusvalías de 472 millones de euros.

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Sobre la firma

Íñigo de Barrón
Es corresponsal financiero de EL PAÍS y lleva casi dos décadas cubriendo la evolución del sistema bancario y las crisis que lo han transformado. Es autor de El hundimiento de la banca y en su cuenta de Twitter afirma que "saber de economía hace más fuertes a los ciudadanos". Antes trabajó en Expansión, Actualidad Económica, Europa Press y Deia.

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