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Reportaje:

Las acusaciones del dentista

El odontólogo de Quatre Camins denuncia el "lamentable" estado del servicio y la falta de medios

"Si la clínica dental de Quatre Camins no estuviese dentro de una prisión, no sería legal". Así se expresaba el 9 de mayo de 2002 el dentista de la cárcel de La Roca del Vallès, Xavier Bazán, en una carta dirigida a un alto cargo de Servicios Penitenciarios en la que denunciaba "las condiciones lamentables" del servicio y la falta de medios y (...) de higienización". Han pasado casi tres años, ha habido un cambio de Gobierno en la Generalitat y apenas ha variado una realidad que afecta a una población reclusa de casi 2.000 personas.

Así se constata en una de las últimas cartas, remitida el pasado 1 de noviembre por el dentista a diversos responsables políticos e instituciones, que apenas ha generado respuesta más allá del acuse de recibo. "Una gran parte de la población es portadora del virus del sida o el virus de la hepatitis B o C, y las precauciones para evitar contagio entre pacientes deben ser máximas. Los sistemas de desinfección y esterilización no se cumplen (...), los instrumentos mecánicos, como piezas de mano, contra ángulos y turbinas, no se esterilizan", explica el odontólogo.

Montserrat García, subdirectora de tratamiento y servicios sanitarios del Departamento de Justicia de la Generalitat, niega casi todas las denuncias del dentista. "El servicio que se presta es suficiente y adecuado, y la clínica dental de una cárcel no es comparable a una clínica dental privada", asegura García, quien acusa a Bazán de airear sus quejas y de " inundar de cartas a personas e instituciones". En opinión de esta responsable penitenciaria, los utensilios sanitarios empleados en la clínica dental se someten a esterilización y así lo constata un informe oficial.

Salud dental

El estado de la clínica dental de una prisión puede parecer una anécdota fuera de los muros, pero el dentista recuerda que los presos le conceden una gran importancia, no sólo por el dolor que comporta cualquier inflamación, sino porque las infecciones que padecen muchos de ellos afectan a su salud dental. Y uno de los datos más alarmantes, recuerda Xavier Bazán, es que en los tres años que hace que trabaja en la cárcel de Quatre Camins no ha logrado que se intervenga a ningún preso para la extracción de la muela del juicio en un centro público.

"El problema de presentar dolor dental en un centro penitenciario acaba resolviéndose en el 95% de los casos con extracción dentaria. La falta de medios técnicos y humanos obliga a realizar una odontología de guerra. No hay medios técnicos para realizar obturaciones, ni matar nervios, ni realizar higienes, ni otro tipo de intervenciones conservadoras", explica el dentista en otra carta, en la que admite que el problema afecta también a otras cárceles, aunque con una situación menos deteriorada.

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También asegura que la cárcel carece de un aparato para realizar radiografías intraorales, que "la aspiración quirúrgica no funciona" y que el instrumental odontológico está obsoleto. Del mismo modo, expone que "otro de los graves problemas es que se realizan menos del 5% de las radiografías panorámicas solicitadas" y que "es casi imposible obtener autorización para poder ser visitado en un centro exterior público o privado".

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