La protesta del sábado enfrenta a las asociaciones de víctimas

PSOE y PP se acusan de utilizar en su provecho el dolor de los afectados

La manifestación del sábado en Madrid, convocada por la Asociación de Víctimas del Terrorismo (AVT), ha reabierto la fractura entre el PP y el PSOE y ha provocado el enfrentamiento entre las dos principales asociaciones de víctimas -la AVT y la de afectados del 11-M-, que se acusan de estar al servicio de intereses partidistas. En la marcha fue agredido el ministro de Defensa, José Bono, e increpados representantes del PSOE y del Gobierno.

El alto comisionado para las víctimas, Gregorio Peces-Barba, explicó que no acudió a la manifestación porque no había sido convocada de forma unitaria. Peces-Barba, que denunció "las manipulaciones políticas e ideológicas" de la marcha, pretende reunirse esta semana con las dos asociaciones. La AVT quiere que sea por separado. Pilar Manjón, en nombre de la Asociación 11-M, ha pedido que sea conjunto.

El presidente de la AVT, José Alcaraz, reconoció que no convocó a la asociación del 11-M porque ésta "tiene problemas internos". Alcaraz denuncia que desde el otro grupo se ataca al suyo "por tener de socio de honor a José María Aznar". El presidente de la Asociación 11-M, Jesús Ramírez, dijo: "Se debería haber pedido la participación de todas las asociaciones. Y no como han hecho: montar un tingladillo y pedir luego apoyo".

El secretario general del PP, Ángel Acebes, criticó la ausencia en la marcha de Peces-Barba y justificó la de su líder, Mariano Rajoy. El PP de Madrid se volcó en movilizar a sus militantes para la marcha a través de mensajes SMS que acababan diciendo: "No faltes. Pásalo". José Blanco, del PSOE, reclamó al PP que "no utilice el dolor de las víctimas para sacar réditos políticos".

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