De un madrileño anónimo

Desde mi humilde punto de vista, como madrileño anónimo que soy, debo denunciar las incoherencias del partido cuyo discurso "olímpico", triunfal, ha olvidado a los ciudadanos vilmente. Dos meses hace que una farola se fundió en mi calle y, pese a los reiterados intentos por parte de mi madre de contactar con el Ayuntamiento, nadie responde, nadie hace nada para subsanar la avería.

¿Es éste el Madrid que nos venden, o simplemente es otra mentira del PP? ¿De qué sirven las titánicas obras públicas que literalmente se han tragado a nuestra, antaño, bella urbe, si los barrios más humildes como el mío carecen todavía de las infraestructuras mínimas y exigibles?

Esa farola puede ser una nimiedad en este "caos" (me acuerdo del suplemento del domingo)en el que vivimos, pero si la alcaldía olvida los problemas particulares de la gente creo, por el bien de esta ciudad, que necesita una lección de humanidad y civismo, tema pendiente en Madrid que se remonta desde el desarrollismo en los sesenta.

Si esta urbe está destinada a ser sede olímpica, creo que el progreso material debe ir unido al progreso ético. Eso, o Madrid habrá vuelto a perder: los madrileños siempre perdemos, ya sea en la intrahistoria, en la calle o en el metro, donde no veo personas, sino hormigas desorientadas que luchan por escapar. ¿Escapar? ¿De dónde? Me gustaría pensar que vivir en Madrid no induce a estos nefastos estados mentales, pero vivir en el "caos" es lo que tiene: que deseamos escapar de él..