Sevilla
"El sevillano siempre está contento de su ciudad. Ésta parece que rebasa con sus riquezas materiales y espirituales todas las posibles aspiraciones de su grey fervorosa". Es una frase de Joaquín Romero Murube sacada de los dos tomos que ha editado la Fundación José Manuel Lara sobre su obra con el estudio y la selección que han llevado a cabo Jacobo Cortines y Juan Lamillar.
El primer libro contiene un estudio de la vida y obra de Romero Murube y la lírica del autor: prosarios, romances y canciones entre los que Cortines y Lamillar alaban un bellísimo poema titulado En el cementerio del sureste de Barcelona. También comentan las composiciones del poeta como homenaje a García Lorca, gran amigo suyo, con una sátira contra Cruz Conde y una elegía por la muerte de Lorca. Al final hay unas narraciones novelísticas con una prosa muy bella que me sorprendió porque sólo conocía al autor como lo que él se consideraba: poeta.
El segundo tomo comprende artículos, colaboraciones con la revista Mediodía, conferencias, memorias y anécdotas de excelente prosa. Su afición a los toros está presente y es preciosa su descripción del baile femenino; pero su tema principal es siempre Sevilla, sobre la que constantemente indaga el motivo de que encierre tantos horizontes como para aislarse del resto del mundo. Después de que un profesor de facultad krausista y crítico con el atraso de Sevilla le recomendara que leyera a Spengler, Romero Murube escribe el Discurso de la mentira, en donde trata de falsedades históricas como "la fácil, cacareada y turbia leyenda de la alegría de Sevilla"...."sede de la flamenquería trasnochada, rincón propicio a todos los fetos del ingenio teatral mercantilista o escenario de coplas de organillo, con gitanos amadamados, toreros dulces de salones elegantes, sin olvidar a María de la O y a toda su filarmónica parentela...". Si la Sevilla de pandereta fue un fenómeno que interesaba a la Europa romántica, en aquellos días que él vivía se estaba creando "una Sevilla relumbrona, a base a azulejitos, retablos, pantomimas y farolería de oropel", lo que consideraba una falta imperdonable.
La conclusión es que en estos libros se disfruta de la literatura tanto como del análisis de Sevilla y los sevillanos.
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