Llamada a filas

El recital anual de los Mossos d'Esquadra en su escuela de Mollet reunió ayer a 6.500 personas. Sirvió, entre otras cosas, para estimular a los jóvenes catalanes a enrolarse. La policía autonómica se exhibió durante toda la mañana: las furgonetas o lecheras de los antidisturbios, el helicóptero amarillo del Grupo Especial de Intervención, los caballos de la unidad montada o el RMI10, el pequeño robot que desactiva bombas. "Sí, nosotros también tenemos una unidad de Tédax. Nos disgusta que salga en la prensa que la Guardia Civil o el Cuerpo Nacional de Policía ha anulado una bomba cuando lo hemos hecho nosotros", sostiene Paco, uno de los especialistas. En cinco años sólo han lamentado la pérdida de un robot, en una mochila bomba que dejó ETA en la subdelegación del Gobierno de Girona.

La jornada se convirtió en un larguísimo anuncio publicitario. Camisetas, gorras y pins de los Mossos se vendían en los tenderetes. También Crònica d'un compte enrere, un libro que recoge la historia del cuerpo desde 1983 hasta hoy. "Ya lo tienen todos los periodistas de sucesos", anima Pere Jané, su autor. En el auditorio de la escuela se emite sin descanso un vídeo promocional en el que los agentes tiran sus gorras al aire. Funciona. "He visto esto y me ha gustado", le cuenta un joven a uno de los mossos que informan en los tenderetes. Las motivaciones para alistarse oscilan entre la estabilidad salarial y el servicio al país. "Es un trabajo para toda la vida y permite acabar el día sintiéndote realizado", dice Zaida, aspirante de 23 años. Los aceptados reciben durante los nueve meses que están en la escuela 535 euros, sin posibilidad de compatibilizarlo con otro trabajo. Una pareja desiste: imposible pagar la hipoteca.

Las mujeres se interesan sobre todo por las pruebas físicas. "Si yo las pasé, todo el mundo puede hacerlo", tranquiliza una agente. "Es cuestión de esfuerzo: me dijeron que acabaría conociendo con los ojos cerrados la pista de atletismo y así fue". Un 32% de los alumnos actuales son mujeres.

Este año se acerca más gente interesada, sostiene Carolina, al mando de la operación de informar. El consejo es siempre el mismo: "Hay que prepararse en serio, porque si no, no apruebas. No basta con darse una leída al temario". Un chico de 15 años también está interesado. "Paciencia.Un par de sopas más, y listo", le dicen.