Basura sin destino

Ayer se vivió una intensa jornada de reuniones y llamadas telefónicas en los ayuntamientos y mancomunidades de la Safor, la Vall d'Albaida, Marina Alta y en los despachos de la Diputación de Valencia, para encontrar una solución a la preocupante situación que provocará mañana el cierre de la planta de tratamiento de residuos de Ador, en la comarca de la Safor. El cese de la actividad se hará efectivo esta noche. Una decisión que la Corporación adoptó hace tres años. El problema es que, a día de ayer, la Diputación no había alcanzado un acuerdo con los responsables de las plantas de transferencia de Dénia y Palomar, dos de los posibles destinos de las más de cerca de 300 toneladas de basura que generan a diario los municipios de la Safor y parte de la Vall d'Albaida y que eran tratados en Ador. Los ayuntamientos de estas dos localidades han anunciado que no aceptarán la basura, y critican la "inoperancia" y "prepotencia" de la Diputación en la gestión de la situación. Gandia y Oliva esperaban, al cierre de esta edición, alguna respuesta de la Diputación. De estas dos poblaciones saldrán esta noche más de 120 toneladas de residuos urbanos, sin un destino claro.

Las conversaciones entre el Ayuntamiento de Palomar, la Mancomunitat de Municipis de la Vall d'Albaida y el diputado de Medio Ambiente, Vicente Aleixandre, se habían truncado el jueves. La mancomunidad mostró su disposición a aceptar durante seis meses la llegada de basura de la Safor, mientras la comarca vecina buscaba un centro de transferencia alternativo. A cambio, demandaba a la Diputación que la empresa Recisa, encargada de la recogida de basura en la Vall d'Albaida y dependiente del ente mancomunal, se ocupara del traslado de los residuos de la Safor a plantas de tratamiento. Exigía además una vieja reivindicación: que la Diputación cumpla con la cesión de la titularidad de la planta de Palomar, que gestiona Girsa, a la Mancomunitat de la Vall d'Albaida, explicó ayer Joan Chornet, miembro del Grupo Socialista en esta entidad. La Diputación ha rechazado de lleno estas concesiones.

El conflicto sufrió una nueva vuelta de tuerca la mañana de ayer. Paqui Viciano, alcaldesa socialista de Dénia y presidenta del consejo de la Societat de Reciclatge de Residus de la Marina, convocó una reunión de urgencia del organismo. Viciano aseguraba que no había "recibido notificación oficial alguna" de la Diputación de que este organismo tuviera intención de trasladar la basura a la planta de transferencia de Dénia. "Nos hemos enterado por la prensa", reprochó. La primera edil denunció la actitud "prepotente" y la "inoperancia" del gobierno popular de la Corporación provincial por no haber abordado el tema con los ayuntamientos afectados y buscado antes una solución consensuada. El consejo de la Societat de Reciclatge de Residus de la Marina Alta aglutina a seis ayuntamientos y a representantes de la empresa Vaersa, dependiente de la Generalitat y responsable de la gestión de la planta de transferencia. Tras más de tres horas de reunión, decidió negarse a que los camiones cargados de basura de la Safor utilicen las instalaciones de la planta, actualmente ya saturada y al límite de su capacidad.

Gandia y Oliva enviarán en principio esta noche los camiones a Dénia. Si encuentran las puertas cerradas esperarán a que la Diputación fije un nuevo destino, que podría ser el vertedero de Xixona. Las otras plantas de tratamiento a las que podrían trasladarse los residuos son las de Guadassuar y Villena. El concejal de Medio Ambiente en el Ayuntamiento de Gandia, Joan Francesc Peris, señaló que esta situación es una muestra del "fracaso de la política de residuos del PP". A estas críticas se sumó el portavoz del PSPV en la Diputación, Alfred Boix, quien recrimina la "precariedad e ineficacia de la política de residuos" tanto de la Corporación provincial como de la Generalitat.