El Marco de Vigo expone el arte 'desarreglado' de Brasil

Brasil está considerado como uno de los escenarios artísticos más potentes del mundo. El Museo de Arte Contemporáneo de Vigo (Marco) ha querido dar cuenta de ese empuje con Desarreglos. Panorama del arte brasileño, que reúne obras de 20 artistas, cuatro de los cuales no son brasileños pero que sintonizan con los desarreglos creativos de estructuras, materiales, de la dimensión formal o del contenido.

El título de la exposición, 20 desarreglos, se inspira en un músico cubano de los años sesenta, el pianista y compositor Felo Bergaza, que entusiasmaba al público con sus arreglos musicales, tan radicales que él los llamaba desarreglos, por lo poco que quedaba de la pieza original, pero que sin embargo no rompía su marco.

En este montaje de unas 60 obras en el Marco, de Vigo (Rúa Príncipe, 54, www.marcovigo.com, hasta el 8 de mayo), según su comisario, el cubano Gerardo Mosquera, conservador del New Museum of Contemporary Art de Nueva York, los artistas crean "mediante el recurso formal y conceptual de desarreglar una estructura, y este desarreglo puede llevarse a cabo en la dimensión formal de la obra, en su contenido, en su proyección, o en todo ello a la vez". El origen de la muestra remite a la edición de 2003 del Panorama del arte brasileño, la segunda exposición periódica más importante de arte contemporáneo de Brasil, que es la bienal organizada por el Museo de Arte Moderno de São Paulo desde 1969.

Estilo peculiar

En esa edición de 2003, Gerardo Mosquera, después de valorar el trabajo de más de un centenar de artistas, se planteó desarreglar el propio Panorama como institución y creó un "anti-panorama" que rehuye conscientemente la idea de presentar una antología o examen del arte contemporáneo brasileño para presentar una exposición basada en un concepto propio, capaz de sostenerse por sí misma y de viajar al exterior.

En el Marco de Vigo, única sede que tendrá la muestra en España, todos los artistas expuestos (entre ellos, Adriana Varejão, Ernesto Neto, Vik Muniz, Jorge Barbi, Fernanda Gomes, Marcone Moreira, Jorge Macchi, José Patricio, Adriano y Fernando Guimarães y Sara Ramo) participan de ese concepto de desarreglo que parte históricamente del impacto que tuvo el concretismo en el Brasil de los años cincuenta como prolongación más influyente del constructivismo. Ahora configura un estilo peculiar y diferenciado que se fundamenta en el objeto, en su realidad y en su presencia física, y que proyecta la imaginación artística como cambio o deformación de imágenes existentes. Según Gerardo Mosquera, "es una libertad en el interior de una cárcel querida y gustosa".