La aventura de un empresario de Getafe

La jornada de ayer la dedicó la presidenta Esperanza Aguirre a visitar una fábrica a unos 50 kilómetros del centro de Shanghai. Se parece a otras tantas miles que conforman el cinturón industrial de la ciudad, donde se mezclan industrias de todo tipo con decenas de kilómetros de infraviviendas. Todos sus trabajadores -más de un centenar- son chinos. Pero el director es extranjero. Se llama Joaquín Lasso de la Vega y ronda los 40 años. Es madrileño y en 2003 recaló en esta ciudad china. "Conocí en Taiwan al que luego sería mi socio, Austin Chen. Me propuso invertir en China. Lo pensé: había mercado y posibilidades. Por ello, abrí la fábrica", explica.

Lasso de la Vega es el director general de NB Cojinetes de Fricción, una empresa familiar que fabrica piezas mecánicas para las principales fábricas de automoción del mundo (Ford, Seat, Nissan, BMW...). NB cuenta con otra factoría en Getafe, además de una tercera de distribución en Torrejón de Ardoz. Cada año fabrica unos 50 millones de piezas, de las que 15 millones proceden de la factoría de Nan Hué (distrito industrial de Shanghai).

Lasso de la Vega puso en marcha la fábrica en 2003 con una inversión de dos millones de euros, y el pasado año ya obtuvo beneficios. "Digamos que estamos comenzando y nos mantenemos", matiza. La jornada laboral de sus 100 obreros es de 12 horas, 310 días al año, y con un sueldo de unos 190 euros mensuales (las empresas españolas son de las que más pagan, porque han descubierto que el aumento de los sueldos incrementa la productividad en este país, oficialmente comunista).

"No hemos venido aquí por los bajos sueldos, porque eso lo encuentras en muchas partes del mundo. No se paga más aquí que en África o en otros países poco desarrollados. Vine a China porque son ordenados y trabajadores", asegura Lasso.

El empresario estaba ayer emocionado. "La presidenta no sabe el enorme favor que me está haciendo. Su visita me abrirá muchas puertas y allanará cualquier problema", afirmó. De hecho, el gobernador del distrito acudió a la factoría para recibir a la mandataria madrileña y escuchó sus explicaciones. Aguirre insistió en varias ocasiones ante el gobernador en que la Comunidad de Madrid y el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero -el embajador de España también estuvo en la fábrica- apoyaban al empresario.

Aguirre ha tenido muy claro durante su periplo por China que la política no debe mezclarse con los negocios. A pesar de que en la conferencia que pronunció en la Escuela Internacional de Negocios de Shanghai se definió como liberal -"al estilo europeo, no al americano", precisó-, no ha reprobado ni una sola vez la política china. "No hemos venido a eso", dijo en otra ocasión, aunque sí fue muy dura con Fidel Castro, mandatario cubano y comunista también.

Luis Suárez Machota, de IU, defendió, a preguntas de los periodistas, al Partido Comunista Chino. "Han dado de comer a 1.300 millones de chinos y han acabado con los señores de la guerra; si no, esto sería como Afganistán", dijo. Echegoyen, del PSOE, no se metió en honduras cuando fue preguntado al respecto y se limitó a destacar la "magnitud" del desarrollo del país.