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Reportaje:

Una cárcel abierta a los ciudadanos

Arquitectura e Iniciativas per a la Ciutat gana el concurso para convertir la Cárcel Modelo de Valencia en zona administrativa

Los muros de la Cárcel Modelo de Valencia están condenados. El centro penitenciario diseñado por Joaquín María Belda en 1877 de acuerdo con las teorías elaboradas en el Reino Unido sobre arquitectura penitenciaria -de ahí la denominación de Cárcel Modelo- fue inaugurado en 1903. El edificio cumplió su misión inicial hasta 1991 y escapó a la especulación porque había sido inventariado como patrimonio artístico en 1979 por el Ministerio de Cultura en razón de su interés tipológico y soluciones estructurales y volumétricas.

La Generalitat Valenciana negoció la permuta del edificio a partir de 2001 con intención de transformarlo en sede de distintos servicios administrativos y llegó a un acuerdo en abril de 2003. La Cárcel Modelo se tasó en diez millones de euros. El Ministerio de Interior, propietario del antiguo centro penitenciario, cedió su titularidad a cambio de cinco millones de euros y tres solares.

La Consejería de Hacienda anunció ayer, con notable retraso, el ganador del concurso de ideas para transformar el antiguo centro penitenciario en el futuro Complejo Administrativo Nou d'Octubre.

Gerardo Camps, consejero de Hacienda, anunció ayer que el proyecto elegido ha sido el presentado por Arquitectura e Iniciatives per a la Ciutat, el gabinete de arquitectos que asumió la rehabilitación de l'Almodí, el antiguo almacén árabe de harina en el centro de Valencia, o participó en la recuperación del monasterio de Sant Miquel dels Reis, actual Biblioteca Valenciana.

Juan Añón, como portavoz de un grupo de cuatro arquitectos, explicó que la intervención prevé "abrir un edificio concebido para estar cerrado", convertir el interior del centro penitenciario en fachada, sacar "fuera" los secretos que la Cárcel Modelo escondía "dentro".

Los muros derribados abren espacio a amplias zonas ajardinadas entre las cuatro galerías convergentes de la antigua cárcel. Unas luminarias en el techo de las naves transforman su uso interior. La estructura de celdas, a cada lado de una gran galería central abierta, se mantiene, "se somete a cirugía", y se incorporan pasarelas y escaleras para facilitar el movimiento interior.

El Panópticum -el ojo que todo lo ve- que concentraba las galerías se convertirá en zona de servicios que albergará la cafetería o la sala de prensa. La zona anterior de la Cárcel Modelo, la más próxima al cauce del río Turía, que albergaba dependencias administrativas, recuperará su función. "La intervención respeta el edificio original", explicó Añón, "sólo elimina los añadidos".

Cuatro edificios "rotundos", tres de nueve plantas y uno de 16, rodean la cárcel. "Las nuevas edificaciones no cierra la prisión", según Añón. Los nuevos edificios serán "blandos", acristalados. La torre más alta se levanta en el vértice interior del solar frente a Mislata para suavizar su impacto sobre las viviendas colindantes.

El complejo albergará entre 2.000 y 2.500 funcionarios, contará con mil plazas de aparcamiento y guardería. La Generalitat espera ahorrarse millones de euros en alquileres de distintas dependencias. Otra cosa es cómo se pagará la ejecución de un proyecto cuyo coste se estima en "más de 90 millones de euros", según Gerardo Camps.

El responsable de Hacienda apuntó que recurrirá a "nuevas fórmulas de gestión". El constructor del complejo administrativo asumirá su mantenimiento y gestión. Es decir, proveerá los muebles, aparatos o servicios necesarios para que los funcionarios puedan desarrollar su trabajo. La Generalitat compensará al adjudicatario con un canon a lo largo de 30 o 35 años. El montante de semejante concurso está por ver.

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