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Reportaje:Apuntes

El sexo y otras complicaciones

Decenas de alumnos pasan al año por los gabinetes de orientación personal

Ignacio Zafra

Por más formación que tengan, los universitarios no escapan, en el terreno sexual, a los patrones y preocupaciones de la sociedad a la que pertenecen. "Casi todos los problemas que nos plantean los hombres que vienen a la consulta pueden resumirse en uno", explica Rafa Ballester, responsable del servicio de la Universidad Jaume I Unisexsida, "ansiedad de ejecución". O lo que es lo mismo, "ansiedad por cumplir".

No es raro, añade Ballester, ya que los varones "solemos crecer pensando que la erección debe ser inmediata y cuando nosotros queramos, tal y como hemos aprendido con la masturbación". Y el caso es prototípico: "Alguna vez, a causa del estrés, los nervios, una mala relación, el cansancio o el alcohol, casi todos padecemos lo que comunmente se llama un gatillazo". En muchos casos, el suceso no pasa de ahí y el protagonista no le da importancia. "Pero algunos sí que se le dan, y la siguiente vez van pensando 'seguro que voy a fallar". "Con esa mentalidad", añade el psicólogo, "lo más probable es que falles".

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Los problemas de las mujeres suelen estar más relacionados con el "desconocimiento de su sexualidad", según Ballester, que razona que al contrario que los chicos hay un buen número de chicas que llegan a la edad universitaria "sin haberse tocado ni masturbado nunca, y por tanto no saben cómo acariciarse o cómo explicarlo cuando están en pareja". Salvo los casos que tienen origen en un problema orgánico, y que son derivados al especialista, la solución no es muy distinta por razón de sexo.

A los chicos se les recomienda "no concentrar excesivamente la tensión en su pene, sino en el conjunto de lo que están haciendo"; distraer la atención con "fantasías sexuales", e indicarles "ejercicios para tener erecciones en casa y para dejarlas de tener cuando sea necesario". A las mujeres, aparte de recomendarles también ejercicios "para que se conozcan a sí mismas", se les intentan desmontar los mitos y "falsas creencias" que pueden estar detrás de su bloqueo.

Junto a estos dos problemas clásicos, los servicios de orientación personal atienden casos de eyaculación precoz, dudas sobre la inclinación sexual de los alumnos, métodos anti conceptivos, y sobre el tamaño del pene, explica Ballester.

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Su colega en la Assessoria Universitaria d'Orientació personal de la Universitat de València, Joan Balmes, señala por su parte que las consultas sobre sexualidad han disminuido notablemente respecto a la década de los noventa. En 2004, sólo el 25% de los 150 estudiantes que pasaron por la consulta plantearon estas cuestiones (y en varios casos eran más bien rupturas o problemas de pareja) frente a los "ciento y pico que veíamos en los noventa". Balmes no está seguro de si el descenso responde a que tienen más información o a "que no se preocupan tanto".

Balmes, cuyo gabinete es externo pero vinculado al Centre d'Assessorament i Dinamització dels Estudiants, y ubicado fuera de los recintos universitarios para preservar la intimidad de los estudiantes, maneja junto a una compañera un campo mucho más amplio que el sexual, que incluye el área psicopedagógica. Aparte de destacar que algunos de los que se interesan por el servicio son padres preocupados por sus hijos -lo que revelaría cierto proceso de "infantilismo"-, el psicólogo subraya que el 70% de las consultas las hacen mujeres, lo que explica por el rechazo cultural de los hombres a mostrarse débiles o a reconocer que necesitan ayuda.

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Sobre la firma

Ignacio Zafra
Es redactor de la sección de Sociedad del diario EL PAÍS y está especializado en temas de política educativa. Ha desarrollado su carrera en EL PAÍS. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Valencia y Máster de periodismo por la Universidad Autónoma de Madrid y EL PAÍS.

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