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Crónica:LA CRÓNICA | NACIONAL
Crónica
Texto informativo con interpretación

La difícil estrategia del PNV

Soledad Gallego-Díaz

La aparente tranquilidad con la que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) ha puesto en marcha la "hoja de ruta" del plan Ibarretxe tras su aprobación en el Parlamento de Vitoria no oculta las grandes dificultades con las que se enfrenta este partido y la perplejidad de algunos de sus miembros ante la futura estrategia del PNV. "Le hemos creado un problema a los socialistas, sin duda, pero nosotros también estamos en una situación muy complicada", asegura un ex miembro de la dirección peneuvista.

Algunos militantes del PNV, especialmente los que siempre han defendido una aproximación al Partido Socialista de Euskadi, confiesan su incomodidad y, sobre todo, su desconcierto sobre los posibles nuevos pasos del Gobierno de Ibarretxe. Todo el mundo da por supuesto que el plan será rechazado en bloque en el Congreso, en marzo, y nadie cree que antes de las elecciones autonómicas previstas para mayo se pueda producir algún movimiento importante, ni en el PNV, ni en los otros protagonistas políticos vascos.

El sector más moderado cree que Egibar, con el apoyo de los votos de HB, ha conseguido destruir cualquier posibilidad de seguir un proceso de reforma "a la catalana"

Con una única salvedad: la decisión que pueda tomar ETA respecto a una tregua. Y aun así, los efectos podrían ser muy diferentes según se tratara de una tregua definitiva o de una sólo parcial o temporal, de una tregua con la aceptación formal de entrega de armas o sin ella. Sin descartar, por supuesto, que no haya tregua antes de las elecciones y que ETA se reserve para plantear después al PNV algún tipo de negociación cara a la "ausencia de violencia" que tiene que rodear la celebración del referéndum previsto por el lehendakari para seis meses después del rechazo de su plan en el Parlamento de Madrid.

En cualquier caso, la inmensa mayoría de los cargos intermedios del PNV ignora cuáles serán los pasos a dar después de las elecciones. "La mayoría, incluidos los que nos identificamos con posiciones moderadas, creemos que la estrategia seguida hasta ahora por Ibarretxe nos llevará a una mayoría absoluta en las elecciones de mayo. Pero a partir de ahí es donde ya algunos nos sentimos más confusos", explica un dirigente que se califica de "cargo intermedio".

Reconoce que no tiene la menor idea de cómo piensa reaccionar el lehendakari ni la línea que seguirá la dirección del partido. "Eso es lo que me tiene inquieto, saber si vamos a intentar negociar con los socialistas en Madrid y cómo se podría hacer. La verdad, no veo cómo se puede llegar a ese punto, ni por donde se puede salir, especialmente después de la visita de Ibarretxe a La Moncloa el pasado jueves día 13", confiesa. Y acepta que ésta es la ocasión en que se ha sentido más "paralizado", incluso "algo agobiado".

El apoyo de tres parlamentarios de Batasuna al plan Ibarretxe fue acogido dentro del propio PNV como un apoyo claro a los más radicales dentro del partido. "Egibar está muy contento, pero sigue estando claro que Egibar no representa a la mayoría de este partido, y que por eso no consiguió ser elegido presidente del PNV", explica un ex miembro de la dirección peneuvista, para el que la discusión interna aún no se ha dilucidado por completo. Admite, sin embargo, que la aprobación del plan Ibarretxe en el Parlamento de Vitoria ha echado por tierra cualquier posibilidad de contemplar un proceso como el que se sigue en Cataluña. "En eso sí que hay que decir que Egibar ha tenido éxito: se ha cortocircuitado cualquier posibilidad de acercamiento con el PSOE aprovechando el camino del Estatut catalán". Si el plan hubiera sido rechazado, los socialistas creían que existía la posibilidad de abrir un nuevo proceso sobre la reforma del estatuto de autonomía del PaísVasco.

Consulta o referéndum

La mayor inquietud la suscita la celebración del anunciado "referéndum" . "El lehendakari no convocará un acto ilegal", asegura este político nacionalista, que insiste en que Ibarretxe no está hablando de "referéndum" (lo que, según la legislación vigente, tendría que ser autorizado por el Congreso de los Diputados), sino de "consulta". El referéndum exigiría, además, la constitución de mesas electorales, algo que resulta imposible en las actuales circunstancias (PSOE y PP se negarían en redondo a integrarlas), mientras que la "consulta" podría llevarse a cabo por otros mecanismos. Por último, asegura, en una consulta no se somete a aprobación nada, sino que se recaban opiniones. Eso ayudaría a esquivar otra, quizá la mayor, de las dificultades que supondría para el PNV un auténtico referéndum: la posibilidad, casi seguridad, de que Álava votara en contra.

"En cualquier caso, está claro que si el lehendakari convoca una consulta no va a ser para dar la impresión de que la pierde y de que el Parlamento vasco y la sociedad vasca van por caminos separados, sino para lo contrario. Y ahí es donde ya vuelvo a perderme: ¿que hacemos entonces?", termina el ex dirigente peneuvista.

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