En el centro de Balaguer
Ayuntamiento y Generalitat dedican 16 millones de euros para mejorar los accesos y habitabilidad del barrio antiguo
Balaguer, la segunda ciudad más poblada de la provincia de Lleida (15.400 habitantes), acostumbra a asomarse con demasiada frecuencia a las páginas de sucesos por hechos relacionados con el mal estado de conservación de su centro histórico. La Generalitat de Cataluña y el Ayuntamiento de la capital de la Noguera invertirán ocho millones de euros cada administración en diversas actuaciones urbanísticas que contribuirán a mejorar la habitabilidad y accesibilidad en el barrio antiguo de la ciudad
El centro histórico de Balaguer, que todavía conserva vestigios de su pasado judío y musulmán, experimentará en los próximos cuatro años un intenso lavado de cara que lo dejará irreconocible. El marco de actuación está localizado en la franja comprendida entre las murallas, la plaza porticada del Mercadal, el Castell Formós, la colina de Santa María y el río Segre. La zona se caracteriza por una densa trama de callejuelas, estrechas e irregulares en su diseño, que la convierten en uno de los pocos núcleos urbanos de formación árabe mejor conservados de Cataluña. La construcción del puente sobre el Segre y la edificación del ensanche a partir de l960 provocaron un trasvase de población hacia el otro lado del río y la degradación del núcleo histórico.
La población extranjera en el casco viejo roza el 32%, casi el triple que en toda la ciudad
El barrio antiguo de Balaguer es en la actualidad un lugar inhóspito para las personas e inaccesible para los vehículos. La zona más próxima a las antiguas murallas y a la colina de Santa María(colegiata gótica de una sola nave) tiene un grave problema de degradación urbanística debido a la ranciedad de los edificios, construidos con materiales de escasa calidad (vigas de madera, yeso, piedra y cal) y a la falta de un mantenimiento por parte de sus propietarios.
Los problemas del barrio antiguo de Balaguer, donde actualmente están censadas 2.500 personas, no son diferentes a los de otros centros históricos de ciudades de su mismo tamaño. Éste tiene dos partes. Una es la plana, la más próxima al río, que es la menos problemática y la más habitable. La otra es la más empinada y de difícil accesibilidad. Las casas, la mayoría de ellas muy viejas, son de reducidas dimensiones y muy estrechas. Su estado de deterioro constituye un peligro permanente para las familias que ocupan las viviendas, en muchos casos en régimen de alquiler. La mayoría de estas familias son de condición muy humilde. Después de varias décadas perdiendo población, el centro histórico de Balaguer inició en 1990 un periodo de leve recuperación demográfica, gracias sobre todo a la inmigración. El porcentaje de población extranjera en el barrio es de un 31,6 %, cuando en el conjunto de la ciudad es de un 13 %.
Balaguer tiene el problema añadido de que para conectar el barrio antiguo con el ensanche de la ciudad requiere superar dos barreras físicas, la propia colina y el río Segre. El consistorio ha comprado en los últimos años casas viejas del centro histórico y ha mejorado la accesibilidad, pero eso no ha sido suficiente para resolver definitivamente el problema urbanístico ni para mejorar las condiciones de vida de sus habitantes. La estrechez de sus calles ha sido siempre un obstáculo añadido a la hora de adoptar soluciones.
El alcalde de Balaguer, el socialista Miquel Aguilà, asegura que el principal objetivo del proyecto de intervención integral aprobado consiste en hacer transitable todo el centro histórico de la ciudad, tanto para los vehículos privados como para los de los servicios públicos. "Los ocho millones de euros concedidos por la Generalitat es una cantidad insuficiente para resolver el principal problema urbanístico de Balaguer, pero junto con los ocho millones de aportación municipal podremos dar un gran paso", añadió Aguilà.
El alcalde explica que se acometerán diversas actuaciones de esponjado en el centro con el fin de crear un tercer eje viario rodado paralelo a los dos existentes en la parte más plana y próxima al río. Con ello se mejorarán las condiciones de habitabilidad de las viviendas del entorno y se dotará a la zona de equipamientos y plazas de aparcamiento. La operación comportará la compra y derribo de más de un centenar de viviendas y el alojamiento de sus vecinos en otras del mismo barrio o de otras zonas de la ciudad. Los vaciados afectarán a tres islas de edificios, los situados entre las calles de Sant Joan y Sant Pere, Abadía y La Costa. La actuación costará 4,5 millones de euros.
También habrá tres esponjados similares en otras zonas cercanas. La primera permitirá construir el nuevo edificio de los juzgados de Balaguer en el solar que se creará entre las calles Franc, L'Escala y Pintor Borràs, por un importe de 501.000 euros. Este equipamiento significará un flujo diario de usuarios en el centro del verdadero núcleo antiguo que favorecerá la actividad comercial del barrio.
La segunda se hará en la calle de Pintor Borràs, donde está previsto construir el Casal de la Ciudad, un edificio de 1.500 metros cuadrados. Este equipamiento, próximo a la plaza de Sant Salvador, será un referente social, urbano y cívico, capaz de articular el tejido asociativo del conjunto de la ciudad, y también incluirá un centro para el conocimiento, difusión y fomento de nuevas tecnologías entre los balaguerienses. Aguilà explica que el Casal ha de funcionar como "un hotel de entidades" . Su presupuesto es de 2,2 millones de euros.
La última corresponde a una operación de conexión entre dos viales actualmente sin salida, en el sector situado al oeste de la plaza Mercadal. El proyecto consiste básicamente en la unificación de los trazados de las calles Minerva y Cerers, lo cual requerirá la construcción de grandes muros de contención de la montaña, ya que existe un gran desnivel entre las diferentes calles. En la parte final de Minerva hay actualmente problemas de inestabilidad de los taludes que suponen una situación de peligro permanente para las viviendas de la zona. Esta intervención, en la que se invertirá 3,5 millones de euros, permitirá construir un aparcamiento público de cinco plantas para 180 vehículos, con acceso directo desde la plaza Mercadal.
El plan, que ha excluido las actuaciones previstas para la recuperación de los elementos más simbólicos del patrimonio histórico de Balaguer (murallas y entorno de Santa María), también contempla otras operaciones que permitirán una mejor conexión entre las diferentes partes del casco antiguo y el resto de la ciudad, actualmente muy deficiente. Con esta finalidad se abrirán nuevos viales y se mejorará la urbanización del barrio judío, además de las calles Teixidors, Torrent, Arços, Abadía, Dels Rucs, Del Pont, Cadena y Santa Anna, y las plazas de la Muralla, Manuel Marín y Comtes d'Urgell.
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