Con mucho retraso

Llega con notorio retraso a nuestras pantallas esta película del realizador alemán Roland Suso Richter, un film noir que tiene un arranque tan interesante como renqueante y previsible es su desarrollo posterior: un abogado ingresa en prisión para cumplir una condena de 14 días por negarse a pagar unas multas de aparcamiento... sólo para ser objeto de una conjura dentro de la cárcel, de la que sencillamente tardará en salir, acusado de tráfico de cocaína y de agresión a un interno.

Desde este arranque, Richter demuestra que conoce bien el subgénero de filmes de prisiones, con sus variados leitmotivs clásicos: la crueldad de los reclusos, las reglas no escritas de sumisión a quienes controlan la cárcel, la (moderada) brutalidad de los guardianes, la forma descontrolada en que la vida prosigue fuera de los muros de la prisión..., incluso la resolución de los enigmas que el filme plantea, obvios casi desde el comienzo.

No es, salvo su arranque, una película demasiado original, resulta morosa en exceso en su discurrir (a Richter le han pulido sus modos en Estados Unidos: no hay más que ver su primera producción rodada allí, la inquietante El despertar); la verán sin molestarse los amantes del género que no tengan demasiadas pretensiones.