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ELECCIONES EN PALESTINA | Los islamistas

La noche pertenece a los jóvenes de la Intifada

Ramón Lobo

Al caer la noche, grupos de muchachos armados y cubiertos con la kefia recorren algunas calles embarradas del campo de refugiados de Jabalia y de otros en el sur de la franja de Gaza. Son los encargados de la defensa contra un enemigo invisible, acantonado en la frontera de Erez, que a menudo lanza incursiones de castigo o de prevención. "Dicen que las operaciones contra Rafah [en el sur] son para acabar con lanzamientos de los cohetes Qassam, y por eso destruyen las casas. Pero es mentira, porque en Rafah no hay cohetes. Se lanzan desde aquí, desde el norte", asegura Jalil Nofal, uno de los máximos líderes de Hamás.

Civiles como Ofer esperan que el final de la ocupación de Gaza, anunciada por Ariel Sharon para este año, traiga una mejoría en la vida cotidiana y baje los precios de los alimentos. "Si desaparecen los controles militares internos [que dificultan y a veces impiden el movimiento dentro de la franja] será importante". Viajar de norte a sur o de sur a norte resulta arriesgado, porque ese control que parte Gaza en dos se abre y cierra a capricho durante horas o días, obligando a los incautos a permanecer lejos de casa. Lo mismo sucede en los dos puestos de frontera, Erez y el que abre las puertas a Egipto; allí, tras el último cerrojazo, numerosos palestinos pasaron días en tierra de nadie sin poder ir ni regresar.

Defensa de la violencia

Un hombre joven, próximo a los movimientos islamistas, se revela contra los que culpan a la violencia de la segunda Intifada de la represión israelí. "¿De qué sirvió la primera con piedras? Sólo para que se creara una Autoridad [Nacional Palestina] a la medida de Arafat. Llevamos mucho tiempo ejerciendo el papel de víctimas, siendo buenecitos para no molestar. ¿De qué nos sirvió? Israel sólo entiende el lenguaje de la fuerza. Nos piden poner fin a la violencia, pero nadie pide que se acabe la que sufrimos nosotros".

Lo mismo sucede en Yenín, al norte. Es en la oscuridad de la noche y cuando no se escucha el sobrevolar de los aviones cuando salen los milicianos de las Brigadas de los Mártires de Al Aqsa que, junto a Hamás y Yihad Islámica, compone el núcleo duro de la resistencia palestina.

Reziq Shaban, miembro de las Brigadas Azzid al Qassam, el brazo armado de Hamás, defiende los ataques contra civiles israelíes como respuesta a la muerte de civiles palestinos y enumera una lista de agravios. "Al menos sirven para que ellos se pregunten qué pasa en Gaza y Cisjordania". El problema es que muy poca gente del otro lado se formula esa pregunta comprometida, prefieren otra más sencilla: ¿para qué?

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