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El 38% de los alumnos de 15 años en España ha repetido algún curso

Los chicos obtienen resultados peores que las chicas en la secundaria obligatoria

Carmen Morán Breña

A los ocho años casi un 5% de los críos ya ha repetido algún curso y las cosas no hacen más que empeorar a partir de esa edad. Entre los alumnos de 10 años el 8% se atascó en algún curso y tuvo que volver a andar el camino. Con 12 años tendrían que estar empezando la secundaria, pero un 14% estará en cursos inferiores. Los porcentajes de repetidores van creciendo con la edad hasta contar un 38% entre los estudiantes de 15 años. La diferencia entre hombres y mujeres es digna de mención en este asunto. Las alumnas siempre están en el curso que les corresponde por edad en un porcentaje mayor que el de sus compañeros. Esa diferencia es de dos o tres puntos en la primaria, pero, a medida que avanzan los cursos, la brecha se agudiza; a los 12 años el 89% de las alumnas y el 83,7% de los alumnos están empezando la secundaria, como les corresponde. Y la finalizan con 15 años el 69% de las estudiantes, frente al 55,5% de su compañeros.

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La media española de repetidores es más alta que en otros países, si bien hay que tener en cuenta que algunos de los de nuestro entorno se apoyan en mayor medida en la promoción automática del alumno siguiendo las directrices que los expertos han proporcionado a la UE: "Los efectos negativos de la repetición de curso sobrepasan con mucho los beneficios que se pueden derivar de ella

", se concluye en el trabajo La lucha contra el fracaso escolar: un desafío para la construcción europea, publicado por la Red Europea de Información en Educación, Eurydice. CC OO calcula que los repetidores cuestan al sistema educativo alrededor de 1.300 millones de euros al año.

Mecanismo de evaluación

La forma en que los maestros evalúan a sus alumnos es uno de los mecanismos más estables en la educación, por más que se modifique una ley tras otra. Por ejemplo, la Ley General de Educación introdujo la famosa evaluación continua para evaluar el trabajo diario del alumno sin supeditar su éxito a un par de exámenes. Es una norma de 1970 y todavía hoy no se podría asegurar que se aplique fielmente en todas las escuelas.

La promoción del alumnado ha sido tradicionalmente una de las más prolijas fuentes de debate y discusión entre los profesores. Así ha ocurrido en España, especialmente en la última década, tras aprobarse la LOGSE, que introdujo la archimencionada promoción automática. Si el alumno sabe que pasará de curso de cualquier modo, no se esforzará por aprender y aprobar, opinan en los sectores conservadores.

Sin embargo, hay numerosos estudios internacionales que afirman con rotundidad que "la repetición de curso es perjudicial para el desarrollo del niño la mayoría de las veces, aunque la promoción automática tampoco resuelve todos los problemas". Así se afirma en el ensayo publicado por Eurydice, que recoge las conclusiones de numerosos estudios elaborados por expertos educativos. Añade: "Los países que practican la promoción automática pueden ampararse en los resultados de los estudios internacionales sobre el rendimiento escolar". La Asociación Internacional para la Evaluación de los Resultados Educativos (IEA en sus siglas inglesas) compara desde los años sesenta el rendimiento escolar en disciplinas diversas: "Los países escandinavos, también Japón, que han abolido la repetición, se caracterizan generalmente por resultados superiores a la media internacional. Un cuidadoso examen de los trabajos publicados por la IEA indica que resulta imposible establecer una relación absoluta entre promoción automática y eficacia del sistema educativo", resume Eurydice.

Y añade algo después: "Ineficaz, la repetición de curso a menudo es también resultado de una decisión subjetiva del docente, lo que convierte dicha práctica en injusta. Hoy día está demostrado que la repetición afecta a la confianza que tiene el alumno en su capacidad de aprendizaje. El niño aprende a interpretar las dificultades no como obstáculos que superar, sino como la prueba misma de su ineptitud. El fatalismo y la renuncia están al final de este proceso", continúa el informe.

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Sobre la firma

Carmen Morán Breña
Trabaja en EL PAÍS desde 1997 donde ha sido jefa de sección en Sociedad, Nacional y Cultura. Ha tratado a fondo temas de educación, asuntos sociales e igualdad. Ahora se desempeña como reportera en México.

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