Arranque tibio en España

El UMTS es una realidad en España desde mayo. Telefónica Móviles y Vodafone, casi al unísono, lanzaron el servicio que permite la videollamada, mientras que Amena, el tercer operador, se sumó meses después. Sin embargo, su tirón comercial está muy lejos de ser el mismo que en Italia. Apenas unos miles se han vendido hasta ahora, aunque fabricantes y operadoras confían en que la campaña navideña anime a los consumidores y el 10% del total de terminales que se vendan dispongan de la nueva tecnología.

El principal obstáculo para la popularización del móvil de tercera generación es el precio, en torno a los 500 euros, aunque Vodafone lanzó para sus abonados un teléfono a 149 euros, y sus competidores no tardaron en imitar la oferta.

También frena a los consumidores la escasa cobertura. La fase de despliegue de las redes UMTS está aún en sus comienzos. Telefónica Móviles y Vodafone aseguran que cubren las principales ciudades donde vive el 40% de la población, mientras que Amena reconoce que sólo el 26% de sus clientes puede disfrutar ahora de este servicio.

Por último, el precio de las videollamadas también puede retraer al potencial consumidor. Todos los operadores han lanzado promociones de lanzamiento. Movistar cobra a sus clientes de contrato 0,15 euros por minuto hasta el 7 de enero y luego pasará a costar 0,5 euros. Vodafone cobra el mismo precio que por las llamadas normales hasta finales de marzo de 2005 y posteriormente costarán 0,5 euros por minuto. Amena cobra 0,25 euros por minuto en oferta y un euro, cuando finalice la promoción.