Las causas del "deterioro relativo" de la atención

La principal causa del "deterioro relativo" del Sistema Nacional de Salud es la falta de financiación, según expresó ayer el secretario general de Sanidad, Fernando Lamata. De acuerdo con los datos de la OCDE, el gasto público en sanidad se mantiene congelado en el 5,4% del PIB desde 1994, cuando en 1993 llegó a ser el 5,8%. Este estancamiento contrasta con el aumento de la población, que sólo entre 1998 y 2002 ha pasado de 39,9 millones a 42,7 (más del 7% acumulado), de acuerdo con los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Sólo Grecia, que dedica el 5% de su PIB a sanidad, se mantiene por debajo de España. Entre 1992 y 2002, Portugal ha pasado de dedicar el 4,2% del PIB al 6,5%, de acuerdo con la OCDE.

En lo que se refiere al gasto privado, entre 1998 y 2002 se ha pasado de una participación del 2,08% del PIB al 2,18%. Medido en euros, esta subida supone pasar de 11 millones de euros a 15,1, más del 40% de incremento. Con este empleo de fondos los ciudadanos intentan evitar las listas de espera o situaciones de falta de confort como compartir habitación en los hospitales, o suplir carencias como la deficitaria atención bucodental.

Envejecimiento

A ello hay que añadir otros aspectos, como el envejecimiento de la población, y el aumento de los inmigrantes. Algunos estudios, como uno elaborado por la patronal de los laboratorios Farmaindustria, indican que aunque los extranjeros que entran en España para trabajar suelen ser jóvenes y sanos, su adaptación al nuevo país supone un aumento de la factura en medicamentos (por ejemplo, en vacunaciones), a lo que hay que añadir el coste que a corto plazo supone para el sistema el hecho de que constituyan el grupo de población de mayor natalidad.

Por otro lado, el informe anual sobre el Sistema Nacional de Salud que ha elaborado el Observatorio del Sistema no recoge todavía que haya dado frutos el acercamiento a los ciudadanos de la gestión debido a las transferencias.

A falta de que se acuerde un nuevo modelo de financiación sanitaria, el informe destaca aspectos de prevención mejorables. Estos campos de actuación, que son prioridad para el Gobierno, se concretan en "tabaquismo, consumo de alcohol y sedentarismo".

Estos tres "estilos de vida mejorables", según definición del Observatorio, no sólo no retroceden, sino que van en aumento en España. Su consecuencia son enfermedades cerebrovasculares, cáncer de pulmón, cirrosis, obesidad o muertes por accidentes de tráfico.