Nuevos combates causan 25 muertos y 15 heridos al norte de Irak
Las fuerzas de Estados Unidos, apoyadas por aviones de combate, mataron ayer a 25 insurgentes en la ciudad iraquí de Mosul, al norte de Bagdad. La represalia fue la respuesta a la explosión horas antes de un camión bomba y a un ataque con lanzagranadas llevado a cabo por un grupo de unos 50 insurgentes contras las tropas norteamericanas. Un portavoz militar de EE UU aseguró que 15 soldados habían resultado heridos.
El conductor suicida de un camión cisterna se estrelló contra un edificio que las tropas norteamericanas habían ocupado el mes pasado al sur de Mosul.
Por su parte, el presidente de EE UU, George W. Bush, rechazó ayer las amenazas de boicot de las elecciones en Irak del próximo 30 de enero y reiteró el compromiso de su Gobierno de mejorar la seguridad en ese país. "La tarea pendiente es proveer la mejor seguridad posible para las autoridades electorales y para los ciudadanos en ciudades como Mosul para alentarles a que expresen su voluntad" en las urnas, dijo Bush, durante unas declaraciones a la prensa en su rancho en Crawford (Tejas).
Bush dijo que habló el martes con el presidente interino de Irak, Ghazi al Yauar, quien expresó preocupación por la inseguridad que impera en Mosul, pero le "recordó que la mayoría de los iraquíes, suníes o chiíes, quiere votar". El presidente norteamericano aseguró que la prioridad de su Gobierno es mejorar las condiciones de seguridad de manera que los iraquíes acudan a las urnas el próximo 30 de enero, pese a los continuos atentados terroristas y acciones de la insurgencia. "Está claro lo que está en juego en estas elecciones. Es la diferencia entre la capacidad de las personas a expresarse y la voluntad de un individuo de imponer su visión nefasta en el mundo, entre el pueblo iraquí... Y es muy importante que prosigan estas elecciones", afirmó.
Respuesta a Bin Laden
Bush respondió así a una grabación emitida el lunes en la que Osama Bin Laden hizo un llamamiento a boicotear las elecciones y considerar "infieles" a los que participen en ellas.
Mientras tanto, el Ministerio de Defensa iraquí anunció ayer que el próximo 6 de enero fusionará la Guardia Nacional, la fuerza que lucha actualmente en primera línea contra la insurgencia, con el nuevo Ejército iraquí. La Guardia Nacional está integrada por 40.000 hombres, mientras que el nuevo Ejército apenas llega al 10% de esa cifra. La fusión obedece al intento de mejorar el reclutamiento de tropas. Los iraquíes ven a la Guardia Nacional como una organización indisciplinada además de ser el objetivo prioritario de los insurgentes, mientras que el Ejército aún retiene el prestigio popular de los tiempos de Sadam.
En otros ataques, también al norte de Bagdad, murieron seis iraquíes y un camionero turco.
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