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3.600 sordos españoles han accedido al implante coclear en los últimos veinte años

La Asociación de Implantados pide que el Estado destine más fondos a esta intervención

Miquel Noguer

Hace ya 10 años que Georgina Zamora, sorda desde su más tierna infancia, tiene anotada en su agenda un día que celebra más que su aniversario. La señalada fecha no es otra que su "cumpleimplante", conmemorativo de la fecha en que pudo recuperar la capacidad auditiva "y con ella, casi toda la vida", explica esta joven barcelonesa estudiante de fotografía. Zamora es una de las más de 3.600 personas sordas que en los últimos 20 años se ha sometido a un implante coclear en España, intervención que permite implantar un dispositivo electrónico que restablece parcialmente la audición a personas profundamente sordas.

Esta intervención, no exenta de críticas entre la comunidad de sordos signoparlantes (véase EL PAÍS de 21-12-04), es a día de hoy la mejor solución para las personas a las que los audífonos ya no son útiles debido a la gravedad de su sordera. La Asociación de Implantados Cocleares de España lucha para que el conjunto de la sociedad reconozca la "eficacia" de esta intervención y apoye la inversión de más recursos de la sanidad pública en su generalización entre todas las personas que podrían beneficiarse de ella. Joan Zamora, padre de Georgina y presidente de la asociación, considera que la comunidad de sordos signoparlantes es la primera que debería aceptar "sin tapujos" que los sordos puedan dejar de serlo "si así lo desean".

"Como madre, quieres que tu hijo sordo pueda hablar y oír como todo el mundo"

Lo tiene muy claro Helena Velasco, madre de Marcel, un niño de seis años al que se le realizó un implante cuando tenía dos. "Cuando te dicen que tu niño es sordo no quieres resignarte a que su única forma de comunicación sea un lenguaje de signos que tú, como madre, nunca llegarás a dominar (...). Lo que verdaderamente quieres es que tu hijo sea como los otros y que pueda oír y aprender a hablar como todo el mundo", explica. Por este motivo, Helena y su marido, Joan, no dudaron en someter a su hijo al implante. El niño lo muestra con orgullo y por nada del mundo permite que extraños toquen el dispositivo que le sobresale de la parte posterior de la oreja. "Pero juega al fútbol y va a clase como cualquier niño de su edad", explica su madre, quien recuerda que el único problema actual de su hijo es un ligero retraso a la hora de hablar "que, según nos dice el logopeda, se solucionará con el tiempo".

Para Sergi Marín, estudiante de informática de 22 años, la experiencia fue distinta. Comenzó a perder capacidad auditiva a los seis años, cuando ya había aprendido a hablar. "Al principio me las arreglaba con un audífono, pero a los 18 años estaba casi sordo y se me hacía muy difícil relacionarme". A los 20 se operó y hoy, dos años después, sólo habla maravillas del implante coclear: "Incluso puedo hablar por teléfono", explica orgulloso. Tiene un mensaje claro para aquellos sordos que recelan del implante o que, directamente, lo rechazan por pensar que ser sordo no es un defecto y que, por tanto, no hay nada que corregir. "Si un día no quieres oír, pues apagas el dispositivo y listos", afirma Sergi.

Desde la Asociación de Implantados Cocleares defienden la intervención hasta para aquellas personas que nacieron sordas y que nunca aprendieron a hablar. Josep Maria Folch, de 42 años, es una de estas personas. Se operó hace 10 años y en la actualidad ya es capaz de articular las frases en un castellano y un catalán más que correctos. Le ha cambiado la vida el hecho de que pueda hablar incluso por teléfono, aunque reconoce que todavía se fija mucho en los labios de sus interlocutores.

Uno de los objetivos de la asociación es que la Seguridad Social, que ya cubre el coste de la intervención, pague también el mantenimiento del dispositivo y una eventual segunda operación para que los afectados puedan escuchar por ambas orejas. "El problema -afirma su presidente, Joan Zamora- es que nosotros no hacemos tanto ruido como otros y nos nos hacen mucho caso". Para tener más fuerza, Zamora insiste en que hay que potenciar la asociación que preside, cuya dirección en Internet es www.implantecoclear.org

Marcel, un niño de seis años al que se le realizó un implante coclear hace cuatro.
Marcel, un niño de seis años al que se le realizó un implante coclear hace cuatro.JORDI ROVIRALTA

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Sobre la firma

Miquel Noguer
Es director de la edición Cataluña de EL PAÍS, donde ha desarrollado la mayor parte de su carrera profesional. Licenciado en Periodismo por la Universidad Autónoma de Barcelona, ha trabajado en la redacción de Barcelona en Sociedad y Política, posición desde la que ha cubierto buena parte de los acontecimientos del proceso soberanista.

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