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CATÁSTROFE EN ASIA

Un destructivo tren de olas

El tsunami es la sucesión de olas que se produce cuando el fondo marino se agita por un terremoto o por la erupción de un volcán. Juan Acosta, oceanógrafo del Instituto Español de Oceanografía, explica que el fenómeno es "similar a la sucesión de ondas que aparecen al tirar una piedra en un estanque, aunque a gran escala".

Esta sucesión de olas tiene forma circular. Al avanzar, la ola va aumentando su tamaño y puede alcanzar una altura de 50 metros. La primera ola, como en el estanque, es la más destructiva del tren de ondas.

El tsunami puede recorrer centenares de kilómetros engullendo todo lo que encuentra a su paso. Cuanto menor es la altura del litoral que alcanza el tsunami (mínima en el sureste asiático), más devastador es su efecto. La ola puede alcanzar velocidades de 500 kilómetros por hora y se desacelera al acercarse a la costa.

El tsunami registrado ayer en Asia se produjo por la fricción de las placas tectónicas Euroasiática e Índica. Una de las placas se mete debajo de la otra. De la fricción, se produce un terremoto submarino de una intensidad brutal (8,9 grados). El terremoto submarino derivó en tsunami. Si los maremotos se producen lejos de la costa y a gran profundidad, su efecto es menor que el registrado ayer.

En 2003, un maremoto en aguas argelinas derivó en un tsunami, que llegó a Baleares a 300 kilómetros por hora. En 1755, un maremoto del Atlántico azotó la costa entre Lisboa y Cádiz.

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