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Reportaje:

Los oligarcas vigilan a Yúshenko

La relación entre el candidato y los clanes económicos es clave para la estabilidad de Ucrania

Pilar Bonet

El Este de Ucrania y el nacionalista moderado Víctor Yúshenko son más compatibles entre sí de lo que aseguran los agoreros. Si llegar a ser presidente tras las elecciones del domingo, Yúshenko puede entenderse con los oligarcas industriales de la región rusoparlante de Donetsk, que hoy apoyan al jefe del Gobierno, Víctor Yanukóvich. Eso, si no lo impiden los sectores interesados en torpedear ese entendimiento, que ya consiguieron sus propósitos en 2002 y 2003, al reventar las negociaciones que el hoy líder de la Revolución Naranja mantuvo por entonces con Rinat Ajmétov, el magnate de origen tártaro que después pasó a ser el principal apoyo de Yanukóvich.

El pacto entre los clanes económicos que dominan las regiones de Ucrania, que están representados por diputados de la Rada y altos cargos de la Administración, es básico para la estabilidad del país. El clan de Donetsk, surgido a partir de intereses industriales y mineros, el de la ciudad industrial de Dniepropetrovsk y el de Kiev, formado a partir de recursos administrativos, esperan a las elecciones del domingo para reorientarse en función del poder.

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La campaña electoral de Yanukóvich, que fue gobernador de Donetsk desde 1997 hasta noviembre de 2002, ha fomentado la idea de que Yúshenko no puede entenderse con el Este de Ucrania. Sin embargo, Yúshenko y su equipo mantuvieron conversaciones con los barones industriales de Donetsk en 2002, antes de que Yanukóvich fuera nombrado jefe de Gobierno por el presidente Leonid Kuchma, e incluso en 2003, en busca de un acuerdo, para el que se hicieron diferentes diseños. El politólogo Dmitri Vydrin, que participó en aquellas negociaciones, cree que lo hubieran conseguido, de no haber sido por las intrigas de Kuchma y del jefe de su Administración, el maquiavélico Víctor Medvedchuk. Yúshenko, conjuntamente con sus aliados, Piotr Poroshenko y Yulia Timoshenko, negociaron con Ajmétov para unir a los diputados controlados por ambos sectores en una mayoría en la Rada Suprema. Las negociaciones, que en última instancia tenían como fin apoyar a Yúshenko como presidente, se echaron a perder definitivamente cuando, por orden de Medvedchuk, se boicoteó un congreso que debía realizar Nuestra Ucrania (el bloque de Yúshenko) en Donetsk en octubre de 2003.

Rinat Ajmétov, que procede de una familia minera, tiene un imperio metalúrgico, incluidas varias fábricas de tubos de oleoductos y gasoductos, e intereses hoteleros. Fanático del fútbol, preside además el club Shajtior de Donetsk.

Cuando Kuchma apostó por Yanukóvich para sucederlo, los clanes de Donetsk perdieron los alicientes para pactar con Yúshenko y apostaron por su paisano, que como gobernador de la provincia había impuesto unas reglas de juego a los oligarcas que antes andaban antes a la greña. Al clan de Donetsk, además de Ajmétov, pertenece Serguéi Taruta, presidente de la Unión Industrial de Donbás (UID), Vitali Gaiduk, que fue vicepresidente del Gobierno responsable de Energía con Yanukóvich, y Andréi Kluyev, que dirige el comité de energía de la Rada. Gaiduk fue el ideólogo de la UID. Este consorcio, creado en 1995, medró gracias a las operaciones de abastecimiento de gas, que permitían apoderarse de las empresas estatales tras llevarlas a la quiebra.

A mediados de los noventa, en el turbio mercado de compraventa de gas procedente de Rusia, se hicieron fabulosos negocios, y los de Donetsk compitieron allí con el Sistema Energético Único de Ucrania (SEUU), una empresa dirigida por Yulia Timoshenko, que llegó a suministrar un tercio de todo el gas del país. Timoshenko es una representante del clan de Dniepropetrovsk apodada la princesa del gas por sus actividades en el sector energético. Su protector fue Pavel Lazarenko, el gobernador de Dniepropetrovsk, que luego llegó a primer ministro y hoy es juzgado en EE UU por fraude fiscal y lavado de dinero por valor de centenares de millones de dólares. Timoshenko ha sido detenida y acusada en varias ocasiones de contrabando de gas, estafa, falsificación de documentos, pero nunca ha llegado a ser procesada y las circunstancias políticas interfieren en una valoración imparcial de las acusaciones. La fiscalía rusa ha recurrido a la Interpol para que faciliten su extradición como acusada de sobornar a varios generales del ministerio de Defensa de Rusia en una transacción con esta entidad.

A la competencia por el control del mercado del gas en Donetsk se atribuyen varios asesinatos ocurridos en 1995 y 1996, entre ellos el del presidente del club Shajtior, Ajat Bragin, en pleno partido de fútbol en 1995. Con Yanukovich como primer ministro los oligarcas de Donetsk, que tradicionalmente miraban hacia Moscú, tomaron posiciones en Kiev y luego las reforzaron con el control de la política energética y la política de precios del carbón, así como con la creación de nuevas estructuras económicas para ampliar su influencia.

Al clan de Dniepropetrovsk, pertenece, además de Timoshenko, el yerno del presidente Kuchma, Víctor Pinchuk, que tiene diversos negocios, entre ellos la corporación de inversiones Interpipe, varias fábricas metalúrgicas, empresas con los norteamericanos y medios de comunicación, entre ellos cuatro canales televisivos. Pinchuk privatizó junto a Rinat Ajmétov la mayor empresa metalúrgica de Ucrania hace unos pocos meses. Yúshenko ha asegurado que revisará la decisión si llega al poder.

Con el clan de Kiev se asocian Víctor Medvedchuk, que antes de llegar a jefe de la Administración hizo una brillante carrera de abogado, y que según empresarios ucranios está vinculado al sector de los servicios políticos y a diferentes empresas jurídicas, que pueden resolver ante la Administración los problemas que resultan insolubles para otros. Con Medvedchuk forma tándem Grigori Surkis, de Odessa, que tiene intereses en la industria y que es la principal figura del club Dinamo de Kiev. No todos en Ucrania están vinculados con el fútbol, la energía y la metalurgia. Piotr Poroshenko, jefe del comité de Finanzas de la Rada y mano derecha de Yúshenko, es llamado el rey del chocolate por haber creado un imperio de fábricas de caramelos y tortas.

El candidato opositor Yúshenko alza un manojo de trigo en un mitin en Kiev.
El candidato opositor Yúshenko alza un manojo de trigo en un mitin en Kiev.AP

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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