Los servicios de seguridad niegan su participación en el envenenamiento
Los servicios de seguridad de Ucrania (SBU) negaron ayer haber tenido el más mínimo papel en el envenenamiento del líder de la oposición, Víktor Yúshenko, el candidato favorito para ganar las elecciones presidenciales del próximo domingo.
Yúshenko, de 50 años, aseguró hace meses que las autoridades ucranias habían intentado matarle envenenándole con dioxina, lo que le ha provocado una desfiguración del rostro. El líder opositor y su mujer de origen norteamericano, Kateryna, han declarado que el envenenamiento pudo tener lugar en una cena con altos funcionarios del SBU a la que asistió a principios del pasado mes de septiembre. Los médicos austriacos que le han atendido en Viena han detectado en su cuerpo un nivel de dioxinas 1.000 veces superior al normal.
El SBU emitió ayer un comunicado en el que afirma que los servicios secretos "no tuvieron nada que ver con el deterioro de la salud de Víktor Yúshenko".
El favorito en las elecciones del domingo cenó con el director del SBU, Ihor Smeshko, y su adjunto, Volodymyr Satsyuk, en una dacha de las afueras de Kiev, la capital ucrania, el pasado 5 de septiembre.
Satsyuk, que fue despedido por el presidente saliente de Ucrania, Leonid Kuchma, a comienzos de este mes, había ya manifestado con anterioridad que no había tenido nada que ver con el envenenamiento.
Tanto la Fiscalía como la Suprema Rada (Parlamento) llevan a cabo dos investigaciones separadas sobre el envenenamiento. Yúshenko ha querido mantener el asunto de su envenenamiento fuera de la campaña electoral.
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