La plataforma del 0,7% monta cinco tiendas en la Diagonal rodeada de decenas de policías

El movimiento que reclama el 0,7% para el Tercer Mundo logró montar ayer cinco tiendas en la Diagonal. No sobre la hierba, sino sobre el cemento. A su alrededor había 23 furgonetas policiales, que poco después quedaron reducidas a siete. La carga efectuada por la Guardia Urbana el lunes fue tan contundente que anoche se imponía la prudencia; mientras, los socialistas se quedaban solos. Todos los demás grupos municipales condenaron la actuación de la policía barcelonesa y defendieron el derecho de los acampados a ocupar la zona elegida.

La oposición denunció la violencia de la Guardia Urbana contra los jóvenes que intentaron acampar el pasado lunes frente al Palau Reial, en la Diagonal. Xavier Trias (CiU) y Alberto Fernández (PP) coincidieron en que la contundencia policial se ejerció esta vez porque la protesta no iba contra el PP, mientras que se toleraron las acampadas contra la guerra de Irak. Esta opinión la compartían incluso los promotores de la protesta. Gabriela Serra, portavoz de la plataforma, aseguró ayer: "Sólo se permite la protesta en la vía pública cuando no hay disidencia". Y añadió: "En realidad, el Ayuntamiento no quiere sacarnos de la vía pública, sólo quiere quitarnos de la vista pública".

El presidente de la Federación Catalana de ONG, Tono Albareda, se mostró indignado por la actitud del Ayuntamiento de Barcelona, al que acusó de actuar como en tiempos predemocráticos. "Todos los partidos hacen bandera de la erradicación de la pobreza, pero luego esta bandera es la primera que se abandona. Y se hace por falta de voluntad política, porque bien hay dinero para los gastos de Defensa", afirmó.

Dimisión de Hereu

Albareda y los acampados, un centenar anoche, reclamaron la dimisión del concejal responsable de la Guardia Urbana, Jordi Hereu, y del intendente mayor del cuerpo, Joan Josep Vilanova, por lo que la carga tuvo de "violación de los derechos humanos y de la libertad de expresión".

El concejal de Seguridad, Jordi Hereu, se quedó solo en la defensa de la carga policial. De hecho, ni siquiera reconoció que hubiera habido carga. Hubo, dijo, "un forcejeo, la mínima violencia que se puede administrar". Por la mañana, al ser preguntado, el alcalde, Joan Clos, recordó que el Ayuntamiento ha ofrecido ubicaciones alternativas para levantar la acampada y pidió "voluntad negociadora" a los convocantes de la protesta .

Anoche la Guardia Urbana estuvo acompañada por los Mossos d'Esquadra y el Cuerpo Nacional de Policía. En total, 23 furgones policiales y más agentes que manifestantes. Pero al filo de las 21.30 horas mossos y policías se retiraron. Sobre el terreno quedaron sólo siete coches de la policía local barcelonesa.

Hereu ni siquiera tuvo la comprensión de sus aliados de gobierno. La concejal Pilar Valluguera (ERC) reclamó que no se intervenga contra la protesta ya que "la acampada que promueve el colectivo del 0,7% no pone en peligro la convivencia, no atenta contra la integridad de las personas y bienes, y por su ubicación y emplazamiento no supone obstáculo alguno para la movilidad en la ciudad de Barcelona".

El grupo de Iniciativa per Catalunya Verds hizo público un comunicado en el que afirma que no se responsabiliza de la actitud represiva adoptada por la Guardia Urbana, defiende el derecho de los manifestantes a ocupar un espacio visible y apoya sus demandas. También el comité de empresa de Parques y Jardines mostró su "más enérgica repulsa a la postura mostrada por el Ayuntamiento ante la acampada" y tachó la actuación policial del lunes de "desproporcionada". "Pone de manifiesto la verdadera cara de los responsables municipales", señalaron los representantes de los trabajadores.