¡A gobernar!

Cuando se acaba de cumplir un año del cambio de gobierno en la Generalitat de Cataluña, el calificativo que mejor lo definiría es el de desgobierno. Tenía algunas esperanzas depositadas en este Gobierno de coalición, pero puedo afirmar que estoy defraudado. Desde que se constituyó, no ha habido semana en que no se produzcan polémicas entre los partidos. Lo que parecía ser una cierta riqueza en cuanto a los puntos de vista se ha convertido en falta de dirección política. Si a eso se añaden algunas declaraciones erróneas que no hacen nada más que perjudicar nuestra economía y nuestra imagen, creo que hace falta con urgencia una reorientación del actual Gobierno. Si no es así, los ciudadanos nos veremos obligados a pasar de nuestros gobernantes.