Tras las huellas de Lula

Brasil está mejor posicionado para crear empleos y combatir la pobreza ahora que los recortes en el gasto y una reducción en la deuda han hecho al país menos vulnerable a crisis financieras mundiales, afirma el presidente Luiz Inácio Lula da Silva. El país necesita seguir impulsando el comercio para no verse afectado por crisis financieras exteriores. Lula considera que su Gobierno está reduciendo la brecha entre los ricos y los pobres sin poner la estabilidad económica del país en riesgo. "Estamos llenos de una sensación de que el tiempo de Brasil ya ha llegado", dice Lula.

"Éste es el tiempo del desarrollo, del crecimiento económico con generación de empleos, de la distribución de la riqueza y la inclusión social".

El país latinoamericano necesita seguir impulsando el comercio para no verse afectado por crisis financieras exteriores

Los recortes en el gasto efectuados por Lula han aliviado el temor de los inversores de que el ex líder laboral permita a Brasil, el mayor deudor entre los países emergentes con obligaciones por unos 440.000 millones de dólares, incurrir en una suspensión de pagos. Desde que asumió el cargo en enero de 2003, el rendimiento de los bonos de referencia del país ha caído al 9,5% desde el 18%, y la moneda se ha fortalecido. Podría ser más difícil para Lula cumplir las promesas de aumentar el acceso a la educación y los servicios de salud, así como su calidad, a los 40 millones de brasileños que viven en la pobreza, piensan analistas como Tony Volpon, de Título Corretora de Valores. Lula ha pasado gran parte de sus dos años en el poder equilibrando las peticiones de miembros de su Partido de los Trabajadores para flexibilizar los límites de gasto y las exigencias de los inversores de mantener los gastos bajo control.

"Dudo que tenga la capacidad de cambiar el foco, porque su partido no tiene un proyecto claro para combatir la pobreza y mejorar el acceso", afirma Amaury de Souza, analista político jefe de la empresa de consultoría de São Paulo MCM Consultores. Lula está haciendo demasiado poco para volver el crecimiento económico permanente, dice. La economía creció un 6% durante el segundo y tercer trimestres, el ritmo de expansión más elevado desde 1996, según la agencia de estadísticas del Gobierno. En 2003, la economía se expandió un 0,5%, el menor ritmo en tres años. Este año se crearon dos millones de empleos.