Una 'boca del infierno' en el paseo de las Delicias
Por una irónica casualidad o haciendo un ejercicio insultante de cinismo, el Ayuntamiento de Madrid ha colocado un cartel anunciando su nueva campaña contra el ruido y la contaminación acústica junto a una boca del infierno inaugurada muy recientemente en el paseo de las Delicias, y que incumple con todo descaro la novísima Ordenanza Municipal de Protección de la Atmósfera contra el Ruido aprobada por el propio Ayuntamiento en junio de este mismo año. Se trata de una macrorrejilla de ventilación del metro, de nueve por cinco metros, con unos potentísimos extractores capaces de expulsar el olor hediondo e insano característico de los túneles hasta siete plantas de altura, produciendo un continuo e insoportable ruido de fondo, que se escucha a más de 50 metros de distancia.
Sirvan estas líneas como denuncia de este hecho y también como advertencia a los ciudadanos madrileños de lo que pueden ser las próximas bocas del infierno que el mismo Ayuntamiento construirá para ventilar los futuros túneles de la M-30.
Mientras los vecinos afectados tenemos dificultades para conciliar el sueño y ya no podremos abrir nunca más nuestras ventanas, desde el Ayuntamiento posiblemente continuarán maquillando la realidad con campañas de imagen e intentarán convencernos de la inocuidad y bondad de los extractores existentes y de los futuros que se coloquen para la M-30.
Quien no se fíe de las promesas municipales y quiera comprobar sus efectos reales puede pasarse a escuchar el rugido del infierno y a aspirar su aroma en el paseo de las Delicias, entre los números 87 y 89, en horario ininterrumpido de 6.30 de la mañana a 1.30 de la madrugada.
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