"Sería muy frustrante una reforma del Estatut que no reforme nada"
Fue presidente de la Generalitat durante 13 años, ministro de Administraciones Públicas en el último Gobierno de Felipe González y ahora es portavoz socialista en el Senado. El pasado viernes pronunció en Valencia una conferencia sobre el modelo territorial del PSOE y descendió al detalle de cómo ve en estos momentos la reforma del Senado y de los estatutos de autonomía.
Pregunta. ¿Sigue firme la voluntad del Gobierno de reformar el Senado y los estatutos de autonomía en esta legislatura?
Respuesta. Son los cambios a los que nos hemos comprometido. El Senado figura en la Constitución como una Cámara de representación territorial y, sin embargo, no fue posible completarla en su momento porque no estaban constituidas las comunidades autónomas. Ahora después de muchos años en funcionamiento, es el momento de completar el modelo territorial que diseñaba la Constitución y para eso faltan mecanismos de cooperación, de las comunidades autónomas entre sí y de éstas con el Gobierno.
"Se trata de poner de acuerdo a mucha gente para conseguir una reforma ambiciosa"
"El PP va por la tercera legislatura y nunca se le ha ocurrido plantear el valenciano en la UE"
"El Senado debería elegirse con las elecciones autonómicas"
P. ¿Qué funciones faltan?
R. Las referidas a cuestiones territoriales: desde la distribución de fondos hasta reformas de estatutos; son elementos claves para la reforma del Senado. Además para que ese Senado sea territorial, tiene que haber un cierto cambio en su composición. No me refiero al número de senadores sino a su extracción. Ahora son de extracción provincial, que no es un problema, pero se eligen junto a los diputados del Congreso y desde luego la Constitución no prevé que cuando se disuelva el Congreso también lo haga el Senado. Se viene haciendo habitualmente pero no es necesario. El Senado se puede renovar parcialmente y creemos que para formar mejor la voluntad autonómica, la Cámara debería elegirse con las elecciones autonómicas y se iría renovando parcialmente con cada nuevos comicios. Aparte, pensamos que debería haber más senadores por designación de los parlamentos autonómicos. Así la voluntad del Senado en materia autonómica estaría más clara y los debates sobre de modelo territorial relativos a distribución de inversiones o de fondos se podrían tratar mucho mejor. El modelo del PSOE es completo pero no cerrado. Somos conscientes de que esta reforma se debe integrar mejor y no estamos por un modelo excluyente. Lo fundamental es que todo el mundo se sienta cómodo.
P. Las relaciones con el PP no pasan por un buen momento. ¿Ve posible un acuerdo con ellos?
R. Cuando el PP empezó a gobernar manifestó su apoyo y, en las primeras comparecencias de Mariano Rajoy como ministro dijo expresamente que estaba por la reforma constitucional del Senado. Era el año 1996. De alguna forma están atrapados en sus propias palabras y si hoy se negaran a una reforma que ellos avalaron durante mucho tiempo, estarían contradiciéndose.
P. En el 26 aniversario de la Constitución, Rajoy precisó que se reservaba la opinión sobre la reforma del Senado hasta conocer la propuesta del PSOE. ¿Han tenido contactos recientes?
R. En la primera sesión del nuevo Senado, nosotros presentamos una moción sobre la reforma para testar las opiniones de todos lo grupos. Aquella moción fue apoyada por todos excepto por el PP que presentó una enmienda. Retiramos la moción porque no queríamos poner en evidencia al PP sino integrarlo y ellos a continuación dijeron que nos iban a votar a favor. Creo que la necesidad de esta reforma es tan evidente que el PP no se puede negar; otra cosa es que piensen que de esta situación saque provecho el Gobierno y por eso no quieran avalarla. No tenemos un documento de reforma, será el Consejo de Estado el que hará la propuesta y por eso acabamos de reformar este órgano hace unos días para que se incorporen los ex presidentes del Gobierno, incluido José María Aznar, si quiere. No es una reforma que el Gobierno quiera capitalizar.
P. ¿Cómo cree que afectarán los planteamientos de reforma de los gobiernos vasco y catalán?
R. El temor del PP es que, abierta la Constitución, la reforma de algunos estatutos suponga algún problema, pero hemos dicho que la Constitución está abierta para lo que lo está y en los términos en los que lo está: no hay cambios de competencias sustanciales y los estatutos de autonomía deben acogerse al marco constitucional. El PP no debería tener temores. Y respecto a las fórmulas que hay en marcha sobre la reforma de los estatutos ya veremos en qué acaban concretándose. Todavía son discusiones preliminares. Es verdad que hay una comisión en Cataluña pero todavía no hay conclusiones. En el caso vasco, el plan Ibarretxe está pendiente de discusión en los últimos días del año en el Parlamento vasco, mientras la propuesta de los socialistas de Euskadi, que se ha conocido hoy (por el viernes) es más genérica. Creo que el PNV espera que su propuesta no salga aprobada porque, en realidad quiere llevar esta reivindicación a las elecciones vascas, que serán alrededor de mayo de 2005. Está más interesado en eso que en su aprobación.
P. El Consell ha expresado a los socialistas valencianos su interés por aprobar cuanto antes la reforma del Estatut d'Autonomia. ¿Cómo interpreta esta premura?
R. El PP está avanzando una propuesta que para empezar a discutir es válida, pero que no supone ningún cambio en el contenido de la autonomía. Está muy bien para empezar, pero las reformas se terminan cuando se han acabado los debates y se han llegado a acuerdos generales y no se puede decir: en un mes lo solucionamos. Hay debates muy complejos y no se sabe cuál puede ser el marco de las reformas generales. Podría suceder perfectamente que otras comunidades autónomas consiguieran competencias, traspasos, que nosotros también pudiéramos necesitar y que no ha incluido el PP. De hecho esto ha ocurrido ya, hay estatutos que luego se tuvieron que reformar porque se quedaron cortos en sus reivindicaciones. Es el caso del gallego, que tardó muchos años en asumir competencias que todos los demás tenían ya, y creo que lo que el PP pretende ahora es tener un modelo de reforma, que sería el de la Comunidad Valenciana, en el que en realidad no se reforme nada. Claro, iniciar un proceso de reforma estatutaria para no reformar nada, sería muy frustrante para la sociedad.
P. ¿No pone fecha entonces?
R. Yo no la pondría, pero en cualquier caso no soy el responsable del tema. Hay tiempo hasta el final de la legislatura, a partir de ahí cuanto antes lo consigamos mejor, pero se trata de poner de acuerdo a mucha gente para conseguir una reforma ambiciosa.
P. ¿Por qué cree que el Consell rechaza el referéndum propuesto por los socialistas valencianos?
R. Hicimos un gran esfuerzo en la elaboración del Estatut por acceder a través de la vía competencial más amplia (la del art. 151 de la Constitución). Más tarde hemos visto que todas las autonomías han podido obtener todas las transferencias y nadie se ha quedado atrás, pero entonces no lo sabíamos. Nosotros conseguimos todos los apoyos municipales para ir por la vía del 151 y cuando eso estaba conseguido, el Gobierno de entonces reguló por ley las distintas modalidades de referéndum y exigió que los pronunciamientos municipales explicitaran la vía del 151. A partir de ahí, el PP de entonces, que se llamaba UCD en buena medida, se opuso en los ayuntamientos que gobernaba a la petición. Y consiguieron reglamentariamente frenar el proceso y que accediésemos por la vía del artículo 143. ¿Qué diferencias había entre el 151 y el 143? Aparte de las competencias, existía la posibilidad de pasar por refrendo ciudadano el contenido de la reforma. Y esa fórmula de participación y de mayor arraigo del Estatuto la tienen Cataluña, País Vasco, Galicia y Andalucía. Si los socialistas pedimos ahora ese referéndum es porque pensamos que las competencias que podamos recibir serán mucho más conocidas y debatidas por la población y las reformas nos obligarán a debatir con los colectivos sociales para que las sientan como propias. Es una fórmula más democrática y si al final se establecen diferencias entre comunidades respecto al desarrollo estatutario, nosotros seremos de primera. Por tanto, no veo ninguna dificultad para solicitar el referéndum salvo que el PP le tenga miedo a la gente.
P. ¿Cómo se haría?
R. Sólo haría falta una disposición o un artículo en la reforma estatutaria para que cuando sea aprobado por las Cortes Generales pase a refrendo por los ciudadanos.
P. ¿Qué opina de la polémica en torno al valenciano que se ha creado a raíz del memorándum de lenguas cooficiales que ha presentado el Gobierno español a la UE?
R. Todavía me pregunto en base a qué formalizará su recurso el Consell. El memorándum permite por primera vez en la historia la reivindicación del valenciano en las instituciones europeas. El PP va por la tercera legislatura y nunca se le ha ocurrido plantearlo. Paradójicamente, ahora que se pone encima de la mesa, es cuando tienen el problema, lo cual, a mi modo de ver, lo que quiere decir es que no quieren que se hable nunca en valenciano. En realidad no quieren que el valenciano tenga el mismo nivel que el castellano, esa creo que es la realidad. Pero, insisto, tendré mucho gusto en ver el recurso del Consell porque el Gobierno central se ha ceñido a la más estricta legalidad.
P. ¿Hubo algún desajuste en el Ejecutivo de Rodríguez Zapatero por esta cuestión?
R. En el Gobierno central, ninguno. En todo caso, el señor Carod Rovira, que sí se enfadó, nos tendría que explicar el motivo, porque ERC sabe que el catalán se llama catalán en Cataluña y Baleares y valenciano en la Comunidad Valenciana. Y eso ERC lo respeta, lo tiene que respetar. En todos los debates que he oído en los últimos tiempos no ha habido problema, lo que pasa es que hay gente que quiere que se llame catalán en todos los sitios. Pero en la Comunidad se llama valenciano toda la vida, no porque lo dice el Estatut; así se llamaba antes incluso de ser recogido por nuestra norma.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.