La UE refuerza la lucha contra la financiación de los grupos terroristas

Las negociaciones con Turquía apenas dejaron resquicio a debatir el otro gran asunto que los líderes europeos tenían sobre la mesa: la intensificación de la lucha antiterrorista, una política en la que no hay discrepancias. Las novedades de lo acordado ayer en este terreno son nuevas medidas para impedir la financiación de los grupos terroristas y llevar a la práctica la cláusula de solidaridad en caso de ataque contra un país de la UE desarrollando ejercicios conjuntos y compartiendo recursos sanitarios, entre los que destaca un registro común de vacunas en caso de ataque biológico.

Según cálculos de la ONU que están manejando ahora los Gobiernos europeos, organizar un sangriento ataque terrorista es un asunto relativamente barato. Los ataques del 11-S en Estados Unidos costaron sólo entre 400.000 y 500.000 dólares, mientras que los del 11-M en Madrid apenas alcanzaron los 10.000 dólares.

Los Veinticinco crearán un registro de vacunas para hacer frente a un ataque biológico

Por ello, el Consejo ha puesto en marcha un mayor control de los pagos en efectivo transfronterizos a través del correo o del sistema alternativo muy usado entre los musulmanes y llamado Hawala. Incluso se pretenden supervisar los pagos en efectivo de productos que superen los 15.000 euros. El Ecofin (Consejo de Ministros de Economía y Finanzas de la UE) del pasado mes de noviembre ya aprobó un reglamento que obliga a declarar cantidades de dinero en efectivo superiores a los 10.000 euros que se pretendan introducir o sacar de la UE (en España ya existe esta medida, con un techo de 6.000 euros). Preocupa particularmente a este respecto el papel que falsas ONG u organizaciones benéficas pueden jugar a este respecto, razón por la cual la Comisión deberá presentar medidas para controlar también estos canales.

La otra novedad es la decisión de los líderes de organizar ya ejercicios conjuntos de los servicios de protección civil y, sobre todo, el de ensayar la forma de compartir servicios asistenciales y poner en marcha bien un registro común, bien interconectar las bases de datos sobre vacunas disponibles en caso de ataques biológicos.

Son algunas de las medidas a añadir a la batería de iniciativas puestas en marcha desde el 11-S y, sobre todo, desde los atentados de Madrid. Los líderes se comprometieron ayer a mejorar y aplicar todas ellas, y recordaron algunos de los resultados: en mayo próximo se pondrá en funcionamiento la Agencia Europea de Fronteras, y el SitCen (embrión de la CIA europea) empezará a presentar sus informes sobre amenazas terroristas en enero próximo.

Todo se decidió sin debate porque todo estaba previamente pactado. Pero la dificultad de las negociaciones con Turquía, que monopolizaron el Consejo, impidieron que José Luis Rodríguez Zapatero expusiera al conjunto de sus homólogos europeos sus ideas sobre cómo frenar el reclutamiento de terroristas. Tampoco el británico Tony Blair llegó a exponer sus ideas para reforzar el intercambio de información entre los servicios de inteligencia para la lucha antiterrorista.

Pero además de poner en marcha nuevas medidas y dar nuevo impulso a las ya tomadas, los líderes se fueron de Bruselas con el informe del Alto Representante, Javier Solana, sobre la situación del terrorismo en las relaciones exteriores. Se han suscrito ya cláusulas de cooperación antiterrorista en los acuerdos bilaterales con 18 países, entre ellos Egipto, Argelia, Líbano, Siria, Yemen y diversos países del centro y el sur de América. Se están negociando acuerdos similares con otra veintena y se definen como prioritarios a siete países con los que firmar una asistencia técnica para luchar contra el terrorismo: Argelia, Arabia Saudí, Kenia, Marruecos, Túnez, Indonesia y Pakistán.