Una evaluación de méritos

Las pruebas nacionales de habilitación para ser profesor universitario funcionario (titular o catedrático) dejarán de existir en febrero, cuando se realice la última prueba convocada. Estos exámenes se realizan por áreas de conocimiento (como Matemática Aplicada o Filología Francesa) y se celebran en la localidad del presidente del tribunal (que es elegido por sorteo), lo que obliga a desplazarse por toda España a centenares de candidatos para examinarse y a los miembros del tribunal (titulares y catedráticos) a abandonar su puesto durante el mes que aproximadamente dura el proceso de evaluación.

Además, el número de habilitados es cerrado y esto provoca que muchos candidatos que tienen el nivel suficiente para ser habilitados se queden fuera por haberse cubierto el cupo. La habilitación es imprescindible para poder después concursar a una plaza en la facultad o escuela en la que esté vacante.

La propuesta del Gobierno consiste en establecer una evaluación estatal de los méritos de los candidatos tras la que recibirían una acreditación. Con ella concursarían a las plazas correspondientes. Pero también se prevé revisar la composición de los tribunales de estos concursos y de las pruebas.