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La Nobel de la Paz pide "ayudar a la tierra a curar sus heridas"

Wangari Maathai, primera mujer africana que recibe el galardón

La keniana Wangari Maathai se convirtió ayer en la primera mujer africana y la primera ecologista en recibir el premio Nobel de la Paz. Nacida en Kenia hace 64 años, viceministra de Medio Ambiente, Maathai creó en 1977 el movimiento Cinturón Verde, que plantó 65 millones de árboles y se ha extendido a países vecinos. Ayer dijo que se necesitan grandes cambios para restaurar un mundo de "belleza y maravilla".

"Ha llegado el momento de reconocer la idea de que el desarrollo sostenible, la democracia y la paz son indivisibles", declaró ayer en Oslo durante su discurso de agradecimiento ante mil personas. "La industria y las instituciones internacionales deben comprender que la justicia económica, la equidad y la integridad ecológica valen más que los beneficios a toda costa", agregó.

Maathai, de 64 años, fue seleccionada por el Comité Nobel por su campaña para salvar a los bosques africanos y por su liderazgo al "frente de la lucha para promover un desarrollo ecológicamente viabley en el ámbito social, económica y cultural en Kenia y África".

La galardonada es viceministra de Kenia para Medio Ambiente desde 2003 y fundadora del Movimiento Cinturón Verde. Este movimiento, que trata de salvar los bosques africanos, comenzó con nueve árboles en su jardín hace casi 30 años, y se extendió al mayor proyecto para plantar árboles en África, con más de 30 millones de árboles en el continente.

Maathai, vestida de naranja, lamentó que "las extremas desigualdades en el mundo y los modelos dominantes de consumo se perpetúen a expensas del medio ambiente y de la coexistencia pacífica". Según Maathai, todavía hay que hacer mucho para "restituir a los niños un mundo de belleza y de maravillas".

"Actualmente afrontamos un desafío que requiere un cambio en nuestra forma de pensar. Debemos ayudar a la tierra a curar sus heridas y de la misma manera, curar nuestras propias heridas", destacó.

El presidente del Comité Nobel, Ole Mjoes, justificó en el discurso que dirigió a la "querida mamá Wangari Maathai", el hecho de que el premio de la paz vaya destinado este año a una ecologista. "Hay conexiones entre la paz y el medio ambiente, cuando la escasez de los recursos como el petróleo, el agua, los minerales o la madera están en el centro de las querellas", explicó.

Para ilustrar la importancia del medio ambiente en la consecución de la paz Mjoes puso como ejemplo las tensiones árabe-israelíes por el control del agua o el papel de la desertificación y de la escasez de tierras agrícolas en los enfrentamientos entre la población negra y las milicias árabes en la región de Darfur (Sudán).

La premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, ante miembros del comité de los galardones en Oslo.
La premio Nobel de la Paz, Wangari Maathai, ante miembros del comité de los galardones en Oslo.REUTERS

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