La paz al alcance de una foto
El Reino Unido e Irlanda tratan de dar visibilidad a la destrucción del arsenal del IRA sin ofrecer testimonios gráficos
Pese al fracaso formal de las negociaciones, los Gobiernos del Reino Unido y de Irlanda siguen buscando una fórmula que abra las puertas a un histórico acuerdo de reconciliación que permita a un mismo tiempo destruir todos los arsenales del IRA, restablecer la autonomía y formar un Gobierno encabezado por los dos partidos que parecían hace apenas unos meses enemigos irreconciliables. "La clave está en la visibilidad", insistió ayer el ministro británico para Irlanda del Norte, Paul Murphy, un hombre fundamental en las negociaciones.
"Si el único asunto en que discrepan los dos extremos unionistas y republicanos en Irlanda del Norte es la capacidad del IRA de tomar fotografías de los actos de decomiso y permitir que se publiquen cuando el Ejecutivo se forme en marzo, es que se ha hecho un avance que no tiene precedentes", escribía ayer el diario The Irish Times en su editorial. "Es demasiado pronto para cerrar las puertas a las propuestas presentadas por los dos Gobiernos", concluía.
"Si unionistas extremos y republicanos sólo discrepan en una foto, el avance no tiene paralelo"
La publicación de las propuestas y la afirmación de que el único desacuerdo entre Ian Paisley, símbolo del unionismo más radical, y Gerry Adams, cabeza visible del Sinn Fein pero también símbolo de su brazo militar, el IRA, son las fotografías del desarme final de la banda terrorista, han dado de golpe una idea cabal de la dimensión del envite. La gran duda es si la ruptura del miércoles responde a una genuina preocupación de ambos por el punto en disputa o una mera táctica para mantener suspendida la autonomía hasta que pasen las elecciones británicas, previstas para mayo. La envergadura del acuerdo en juego hace más difícil creer que los cálculos electorales hayan podido tener tanto peso.
El asunto de las fotografías está cargado de simbolismo. El IRA nunca ha aceptado que quede testimonio de la destrucción de sus arsenales. A los actos de desarme sólo tiene acceso la comisión internacional independiente responsable de dar fe de que han ocurrido, pero ni siquiera puede dar detalles de lo que ha visto.
El líder del Sinn Fein, Gerry Adams, quiso ayer sacarse de encima el dedo que le señala como responsable de la ruptura y calificó de "distracción" la exigencia de que haya fotografías. Pero dijo también comprender "las genuinas preocupaciones del unionismo" en lo que definió como "un viaje muy difícil para todos" y pidió a Ian Paisley que acepte entablar un diálogo directo con él para encontrar una solución.
Antes, el IRA había asegurado en un comunicado que las exigencias de Paisley eran "un acto de humillación" y desmintió que hubiera dado su aprobación a ese acuerdo. "Reafirmamos nuestro compromiso con el proceso de paz, pero no nos someteremos a un proceso de humillación".
Los republicanos parecen responsables del fracaso, porque la propuesta de las fotografías está en el documento final y Adams había dado su respaldo al texto, dando a entender que éste no incluía ese punto. Sin embargo, llama la atención la insistencia con que Paisley ha proclamado en los últimos 10 días que "el IRA tiene que ser humillado"; quizás la mejor manera de forzar un desacuerdo. "Humillación es una cosa y humildad es otra cosa; la humildad se construye con la verdad", advirtió ayer el primado católico de la isla de Irlanda, el arzobispo Seán Brady. "En mi opinión, la exigencia de las fotografías busca en realidad que haya una mayor claridad y certeza acerca del desarme. La cuestión es, si las fotografías son imposibles, ¿hay otra manera de aportar la certidumbre requerida?", se preguntó el arzobispo.
Si la clave es realmente la visibilidad y la falta de voluntad de llegar a un acuerdo ahora, la diplomacia británica ha dado prueba sobrada de su capacidad para encontrar una fórmula que permita dar visibilidad al desarme del IRA sin dejar testimonios gráficos. O sin que éstos puedan ser utilizados en las próximas elecciones como propaganda electoral. Paul Murphy anunció una apretada agenda de encuentros este mismo mes en busca de un compromiso.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.