La OTAN y el Mediterráneo sur buscan acabar con la desconfianza

Los ministros de Exteriores de la OTAN y de los siete países del Diálogo Mediterráneo celebraron anoche con un cena en Bruselas el décimo aniversario del establecimiento de este foro, que pretende acercar la Alianza a la cuenca sur del Mediterráneo. Era la primera reunión a tan alto nivel y fue como un encuentro de desconfiados desconocidos. Allí se decidió que hay que repetir la experiencia en busca de una confianza ahora inexistente.

"Confianza" fue la palabra clave de la noche a juzgar por las manifestaciones que hizo al final de la cena el secretario general de la OTAN, Jaap de Hoop Scheffer. "Hay que crear confianza", "lo más importante es construir confianza", "algo de confianza debe existir cuando han venido", "hay mucho que hacer para aumentar la confianza", repitió De Hoop Scheffer en relación con la reunión sin precedentes entre la OTAN y los siete países de Diálogo Mediterráneo: Israel y seis árabes (Jordania, Egipto, Túnez, Argelia, Marruecos y Mauritania).

En la cena reinó una atmósfera abierta y franca, lo que en lenguaje diplomático significa que "no hubo acuerdo en todo", según de Hoop Sheffer. Hubo acuerdo en la necesidad de no duplicar lo que se hace en otros foros como la UE, en la pertinencia de no imponer criterios, en la decisión de que todos deben participar libremente y en el reconocimiento de las peculiaridades regionales, que reclaman relaciones específicas: no hay un bloque homogéneo en el sur.

Los reunidos acordaron mantener este tipo de citas, aunque sin fijar cuándo ni dónde será la próxima, a celebrar en un país del sur. El secretario general anunció que se propone visitar todos los países de la zona, siguiendo el periplo iniciado hace dos semanas en Argelia.