La feria de Basilea de Miami consolida su lugar en el arte
El certamen logra el éxito de público y ventas
La tercera edición de Art Basel Miami Beach (ABMB) ha marcado claramente las diferencias con su "hermana mayor" de Suiza, que ya tiene 35 años. La juventud la ha hecho extravertida, un rasgo acentuado además por la personalidad americana, mucho menos circunspecta que la europea. Quien establece la comparación es el director de ambas ferias, Samuel Keller, y se declara sorprendido de que la de Estados Unidos, clausurada ayer, "haya crecido tanto y tan rápido".
"Miami es el puente perfecto entre EE UU, Latinoamérica y Europa"
El éxito de público y ventas -cientos de millones de dólares- ha consolidado Miami como meca del arte moderno y contemporáneo en este continente, afirma Keller. La "extraversión" se ha reflejado tanto en el aspecto social (diversidad de fiestas y encuentros) como en el puramente artístico y comercial.
"Basilea es mucho más estricto, Miami es un mercado más libre", opina Pepe Cobo, cuya galería compartida con Alexander y Mai 36 ha expuesto este año obras de Vitto Acconci, Baldessari, Ruscha, Barceló, Cristina Iglesias y Juan Muñoz, entre otros.
Para que despegara la versión tropical de Art Basel era necesario conjugar su esencia, como intersección de arte y comercio, con una proyección cultural, subraya Keller. La feria que nació en 2002 con un año de retraso por los atentados del 11-S se ha transformado en "un acontecimiento cultural" con exhibiciones y actividades paralelas a la exposición central, que han incluido desde una estatua ecuestre de Franco semienterrada frente al teatro Jackie Gleason, de Fernando Sánchez Castillo titulada El pacto de Madrid (sobre el trato Franco-Eisenhower); a la ópera Art Loves Puppet Rock, en la que Dan Graham satiriza el eslogan de los sesenta "No confíe en nadie mayor de 30"; o un recorrido por las extraordinarias colecciones privadas de las familias Margulis, Rubell y De la Cruz.
La amplia oferta de arte visual de ABMB -5.000 obras de 1.000 artistas- ha dejado entrever una "búsqueda de lenguaje", en opinión de Ángel Samblancat, director de la Polígrafa de Barcelona (la galería ha exhibido ediciones de obra gráfica original de Liliana Porter, Carmen Calvo, Ruscha y José Bedía, entre otros). En esa exploración se detecta una "segunda mirada a la pintura", puntualiza Cobo, añadiendo que "se vuelve a hablar de figuración expresionista, de la pintura neodramática, de los temas sociales y oníricos".
La muestra se ha repartido en un pabellón central y tres plataformas dedicadas a galerías de vanguardia (Art Positions), emergentes (Art Nova) y artistas jóvenes (Art Statements); y ha contado con secciones de vídeo, proyectos al aire libre y un foro denominado conversaciones. ¿Qué ha faltado? "Un poco de locura. En general, la feria tiene un tono conservador", dice el artista Carles Congost, que ha presentado una narrativa fotográfica sobre la creación del maíz en la galería Adelantado.
Al escaparate de arte de ABMB y sus apéndices se han asomado más de 40.000 personas, un tercio de ellas del extranjero o de otras partes de EE UU. Sin embargo, la "medida del éxito no es cuántos visitantes sino quiénes", recalca Keller, refiriéndose a la importancia que tiene para la feria la presencia de fuertes coleccionistas, que este año se han multiplicado con respecto a las ediciones anteriores, sobre todo latinoamericanos y estadounidenses. El mayor reto de todas formas no es atraer a coleccionistas, sino encontrar buenos artistas. "El potencial de los coleccionistas es enorme, pero el número de artistas buenos es limitado, y más aún el de grandes piezas".
La ventaja de los coleccionistas estadounidenses es que "son mucho más directos que los europeos, toman una decisión muy concreta y no regatean", explica Luis Adelantado. Este galerista que ha exhibido, entre otros, los trabajos de Anthony Goicolea, Miguel A. Tornero, Priscila Monge, Santiago Yáñez y Gabriel de la Mora, califica la feria de un "éxito rotundo".
El desbordamiento de expectativas ha sido tal, que la publicación londinense The Art Newspaper titulaba en una de las ediciones especiales distribuida durante la feria: '¿Se comerá Art Basel Miami Beach a su madre?'. La respuesta se sabrá con el tiempo, pero la sinergia que se ha creado en el sur de Florida parece imparable. ABMB vuelve el próximo año y fuentes de la organización señalan que han reservado el gigantesco recinto ferial otros cuatro años. "Hemos hecho lo que las galerías querían, tener una feria de arte en América", dice Keller. "Y Miami es el puente perfecto entre EE UU, Latinoamérica y Europa".
Cerca de 800 galerías de todo el mundo solicitaron espacio, pero sólo 190 lo consiguieron. La selección la realizó un jurado internacional de nueve galeristas del que forma parte el español Samblancat, que explica así los criterios seguidos: "Hay puntos negativos, como por ejemplo que la galería trabaje con un mercado secundario, es decir, que no aporte nada fresco; o los que presenten cosas descaradamente comerciales, sin capacidad de convocatoria". Y entre los positivos se valora "la calidad, la presentación y el asumir riesgos".
Además de la Polígrafa, Cobo y Adelantado, han participado otras siete galerías españolas: Aizpuru (Madrid, Sevilla), Helga de Alvear (Madrid), Elba Benítez (Madrid), Espacio Mínimo (Madrid), Javier López (Madrid), Marlborough (Madrid) y Joan Prats (Barcelona). La presencia española se ha completado con un centenar de artistas.
Babelia
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