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El retraso en programas de medio ambiente pone en peligro subvenciones europeas para el AVE

La Comisión amenazó con eliminar ayudas por la falta de definición de las zonas que proteger

Las ayudas europeas para la construcción del tramo de alta velocidad entre Figueres y Perpiñán estuvieron a punto de perderse debido a que el Gobierno catalán no había completado la designación de los lugares que proteger en la red Natura 2000. Una carta de la Dirección General de Energía y Transportes notificó al Gobierno central que las ayudas serían "congeladas" y que se perderían si no llegaban los informes a tiempo. El Ministerio de Fomento notificó los hechos al Departamento de Medio Ambiente, que pisó el acelerador para enderezar el entuerto. Es la primera vez que la Administración comunitaria equipara la importancia de los asuntos medioambientales con las grandes infraestructuras.

"Es importante que Bruselas se tome en serio los asuntos relacionados con el medio ambiente, lo que es lamentable es que no se lo tomara en serio el Gobierno de CiU. Por culpa de sus retrasos hemos estado a punto de perder las subvenciones para una obra tan importante para Cataluña como la conexión del AVE con Francia", explicó el director de Medio Natural, Ramon Luque. Luque reconoció que se habían producido dificultades, pero explicó que el Gobierno catalán ha negociado con urgencia y ha conseguido que Bruselas desista, al menos de momento, de paralizar las subvenciones a la alta velocidad. "Creo que los hemos convencido de que estamos en el buen camino", aseguró Luque.

En los antípodas se situó el ex consejero de Medio Ambiente Ramon Espadaler: "No tenemos nada que reprocharnos. La red Natura 2000 consta de dos partes, la alpina, que fue entregada a Bruselas en 2001 y la mediterránea, que estaba casi lista cuando se produjo el cambio de Gobierno. Si no había llegado a Bruselas hay que achacarlo al tripartito". Luque, en cambio, asegura que lo no entregado no era sólo lo relativo a la parte mediterránea: "Faltaba también lo relativo a las zonas estépicas y a las aves y varias partes más".

El Gobierno catalán ha tenido que correr para dar a Bruselas una respuesta convincente, sobre todo porque, además, las comunicaciones no son siempre directas. Aunque Luque dirigió de inmediato una carta a la comisaria Margot Wallstrom, los documentos han tenido que ser tramitados a través del Ministerio de Medio Ambiente, ya que los gobiernos autónomos no tienen representación directa en la Comisión Europea. Para colmo de dilaciones, la primera carta, desde la Dirección de Energía y Transportes, se hizo al ministerio responsable de las obras del AVE, Fomento. Todo esto ha complicado las cosas, pero al final, explicó un portavoz del Ministerio de Medio Ambiente, Bruselas "ha admitido los calendarios y compromisos enviados por la Generalitat y ha accedido a no congelar las ayudas a la alta velocidad". El único ministerio que ignoraba cómo estaban las cosas era el de Fomento.

Tres semanas de plazo

La carta de Energía y Transportes era contundente: daba un plazo máximo de tres semanas para resolver la cuestión, y añadía: "En ausencia de reacción de las autoridades en dicho plazo, lamento decirle que la financiación de dicho proyecto

[el tramo Figueres-Perpiñán de la línea de alta velocidad] en 2004 quedaría gravemente comprometida". El texto enviado por Medio Natural a la comisaria, que al final ha servido para desatascar el asunto, explica el calendario, con la redacción de los proyectos concluida, y precisa la voluntad del Gobierno catalán de incluir en la Red Natura 2000 un aumento "de 194.574 hectáreas terrestres y 42.566 marinas". Esto equivale a incluir en la red el 6,1% del territorio. Como dato comparativo: el total de las edificaciones existentes suponen una ocupación del 4% del territorio, según se ha puesto de manifiesto esta semana en las jornadas organizadas en Barcelona por el Observatorio de la Vivienda.

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