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La Ponencia de Víctimas descarta alcanzar un acuerdo unánime

El PSE decidirá el día 14 si busca un consenso sólo con el tripartito

La imposibilidad de que la Ponencia de Víctimas logre alcanzar un dictamen unánime quedó ayer de manifiesto en el Parlamento, con lo que ese grupo de trabajo cosecha un primer fracaso. Descartado el acercamiento entre el PP y el tripartito, queda sólo por ver si los tres grupos del Gobierno logran incorporar al menos al PSE, cuyos parlamentarios decidirán en una reunión el próximo día 14 "si merece la pena" sumarse a un acuerdo de mayoría que no satisface a las víctimas ni las sustraerá al debate partidista. Los socialistas mantienen además diversos desacuerdos con el dictamen propuesto por el presidente de la Comisiónd e Derechos Humanos, el peneuvcista Iñigo Urkullu.

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La ponencia se dio ayer de nuevo un plazo añadido, esta vez de dos semanas, para intentar lo que ya parece a todas luces imposible. Sólo el presidente de la Comisión de Derechos Humanos, el peneuvista Iñigo Urkullu, que dirige sus trabajos, asegura que aún no descarta un acuerdo por unanimidad. Todos los demás portavoces que se manifestaron tras el encuentro de ayer lo dieron por inviable, incluidos los de EA y EB, Rafael Larreina y Oskar Matute, respectivamente. Matute apostó porque el tripartito saque adelante el dictamen,incluso en solitario, mientras Larreina se mostró más cauto sobre ese extremo. El PNV no se pronunció.

Covite manifestó en un comunicado su "desolación" por el resultado del trabajo de la ponencia, y el " incumplmimiento flagrante" de las conclusiones provisionales y de la proposición no de ley aprobadas por unanimidad en junio de 2003. El colectivo de víctimas enumeraba nueve incumplimientos y concluía: "Las nuevas conclusiones ya no son creíbles y no son unánimes. En definitiva, hemos retrocedido en relacón a junio de 2003".

La ponencia volverá a reunirse todavía una vez más, el día 15, pero la imposibilidad de acercamiento entre las posturas del PP, que exige la disolución del grupo de Batasuna y la retirada de las ayudas a los familiares de presos, y las del tripartito, que se niega a aceptar ninguno de los dos extremos, convierte en inviable el consenso.

La ponencia parece abocada a un acuerdo por mayoría y sólo queda por desvelar si éste se reducirá a los tres partidos del Gobierno o si el PSE se incorpora a él. Para ello, su portavoz, Rodolfo Ares, decidió ayer convocar al grupo parlamentario a una reunión específica, que se celebrará un día antes del nuevo encuentro de la ponencia. El Grupo Socialista decidirá si se involucra en el intento de alcanzar un acuerdo sólo con el tripartito o si prescinde de él. Los socialistas, según dejó ver ayer Ares, albergan serias dudas de "si merece la pena" un acuerdo por mayoría, que ni satisfará a todas las víctimas ni las sacará del debate partidista.

"Razones políticas"

Urkullu presentó esta semana a los grupos una nueva correción de la propuesta de informe que les entregó en la anterior reunión. En él, entre otras medidas, se ratifican los acuerdos alcanzados en junio de 2003, se propone crear una ponencia permanente en el Parlamento y que el Gobierno elabore una Ley de Solidaridad, además de aumentar la política de subvenciones. También sugirió la posibilidad de elevar su propuesta de dictamen a la Comisión sin firma alguna, para dejar a los grupos plena libertad ante el debate en ella y dejó abierta la puerta a que pueda votarse por saparado cada una de las medidas incluidas en el borrador. En todo caso, el presidente de la Comisión estimó que el problema para que los grupos lo suscriban no está en el texto, sino en "razones políticas" ajenas a su contenido.

Para el PP, la propuesta es claramente insuficiente. Su portavoz, Santiago Abascal, reiteró sus condiciones y enumeró además una batería de hechos o declaraciones del Gobierno, de los partidos que lo apoyan o de ayuntamientos nacionalistas sucedidos en los dos últimos meses y que, a su juicio, demuestran su política "desastrosa" en relación con las víctimas. Entre muchos otros, citó el deseo expresado por el lehendakari ante el Rey de que Batasuna vuelva a la legalidad, o la negativa del tripartito en Llodio a levantar un monolito en memoria de las víctimas. Abascal dijo que el PP estudiará si apoya algunas medidas concretas, si se someten a votación por separado. La diputada de UA, Enriqueta Benito, respaldó el planteamiento del PP y vaticinó que el tiempo añadido que se ha dado la ponencia "va a ser estéril".

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