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Mueren tres obreros sepultados en una zanja sin medidas de seguridad

Los fallecidos, de nacionalidad marroquí, instalaban unas canalizaciones

J. A. Aunión

"En esta obra no hay seguridad", se quejaba ayer uno de los compañeros de Said Lafjaj (42 años), Khalid el Hamaoui (29) y Mhamed Maali (30), tres obreros de origen marroquí que murieron asfixiados al quedar sepultados en una zanja en la que estaban trabajando, en el kilómetro 5 de la M-114, dentro del municipio de Cobeña. La zanja, de 3,6 metros de profundidad, no contaba con ninguna sujeción, y el terreno, de arena arcillosa, estaba completamente reblandecido por la lluvia. La Inspección de Trabajo considera que se "incumplía la normativa de seguridad".

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Poco antes de las 12.45, Said Lafjaj, Khalid el Hamaoui y Mhamed Maali se encontraban colocando tubos de los colectores de alcantarillado en una zanja, como parte de los trabajos de urbanización (conexiones de agua, luz, etcétera) de un terreno en el que se va a construir una zona de chalés, Los Nuevos Enebros. En ese momento, las paredes de la zanja, de 3,60 metros de profundidad y 2,5 de anchura, se les vinieron encima dejándolos sepultados bajo una enorme cantidad de arena.

El terreno es de arena arcillosa, ayer convertida en un auténtico barrizal por las lluvias caídas sobre la región los últimos días. Esta circunstancia, sumada a que dos pesadas máquinas escavadoras estaban trabajando, una a cada lado del hoyo, pudo influir en el accidente.

Pero, sobre todo, según fuentes de la Inspección de Trabajo, el mortal suceso se debió a que el socavón no estaba entibado (apuntalado), por lo que sus paredes carecían completamente de sujeción.

Tanto el hecho de que la zanja no estuviera entibada como el trabajo de maquinaria pesada cerca de ella constituyen una infracción de la normativa de seguridad, según el informe provisional de la Inspección de Trabajo.Con los pies y los monos de trabajo llenos de barro, los compañeros de los tres fallecidos fueron los primeros en conseguir rescatar el cuerpo sin vida de una de las víctimas. Era el de Mhamed Maali, de 30 años y vecino de Las Rozas. Poco después, entre las 13.06 y las 13.10, llegaron al lugar, en las afueras de Cobeña (3.500 habitantes, a 31 kilómetros al este de la capital), un helicóptero del servicio de emergencias Summa, un vehículo de intervención rápida y cuatro dotaciones del cuerpo de bomberos de la Comunidad de Madrid.

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Éstos continuaron con las labores de rescate, ayudados por palas excavadoras conducidas por los propios obreros. A las 14.00, los bomberos consiguieron recuperar el segundo de los cadáveres. Esta vez era el de Said Lafjaj, de 42 años, casado, con tres hijos y residente en el distrito madrileño de Villaverde. El último de los cuerpos en ser rescatado, a las 14.30, fue el de Kalhid el Hamaoui, de 29 años y también vecino de Villaverde. Los tres habían fallecido por asfixia.

El rescate fue complicado, ya que hubo que utilizar las máquinas excavadoras en la búsqueda de los cadáveres, "bajo una gran cantidad de tierra que se había movido". Las condiciones del terreno, con la arena muy reblandecida, hacían temer "un nuevo desprendimiento", según explicaron fuentes de Emergencias 112. Los sanitarios desplazados al lugar no tuvieron que intervenir, salvo para certificar la muerte, por asfixia, de los tres hombres.

Comitiva fúnebre

Una vez terminado el rescate, en un montículo en mitad del enorme terreno -unos 20.000 metros cuadrados- que se convertirá en la urbanización de chalés Los Nuevos Enebros, permanecieron tendidos los cadáveres durante más de una hora. Una vez más, las condiciones de un terreno completamente embarrado impidieron que el furgón funerario accediera al lugar. Así, a las 15.40, consternados por el suceso, constituidos en una improvisada comitiva fúnebre, los propios compañeros de los fallecidos tuvieron que cargar sus cadáveres unos 50 metros hasta la verja de los terrenos en su linde con las calles del polígono industrial contiguo, donde esperaba el furgón.

Según aseguró la empresa Construcciones Albi, SL, subcontratada por Imasetec para realizar los trabajos de urbanización de la zona, los tres fallecidos contaban con toda la documentación en regla para poder trabajar en España. Sin embargo, no aportaron ninguna documentación que pudiera corroborar esta circunstancia. La Inspección de Trabajo ha citado a las 10.00 de hoy a los responsables de la empresa Imasatec, y el martes a la misma hora al representante de Construcciones Albi.

Según los compañeros de las víctimas, éstos llevaban trabajando en esa obra desde el comienzo, hace un mes, de las instalaciones de alcantarillado, agua o luz. Said Lafjaj (42 años) ocupaba un puesto de oficial en el trabajo y, según los otros operarios -que en el momento del accidente eran alrededor de una veintena-, llevaba "muchos años" viviendo en Madrid. Sus tres hijos "han nacido todos en España", explicaron estos trabajadores.

En cuanto a las otras dos víctimas del accidente, Khalid Hamaoui (29 años) y Mhamed Maali (30), eran obreros ayudantes y sus compañeros poco sabían de ellos, porque tenían poco trato.

Ante la falta de datos aportados por la empresa sobre sus trabajadores fallecidos, la Inspección de Trabajo tuvo que ponerse en contacto con la Embajada de Marruecos en Madrid para tratar de localizar tanto sus domicilios como a sus familiares. "Como tantos inmigrantes, estaban aquí trabajando para poder mandar el dinero a sus familias", insistía uno de sus compañeros, también marroquí.

Compañeros de los tres trabajadores fallecidos trasladan uno de los cadáveres. Sobre la tierra, el cuerpo sin vida de otra de las víctimas.
Compañeros de los tres trabajadores fallecidos trasladan uno de los cadáveres. Sobre la tierra, el cuerpo sin vida de otra de las víctimas.CLAUDIO ÁLVAREZ

La Comunidad enviará el informe a la fiscalía

La Consejería de Empleo y Mujer de la Comunidad de Madrid envió ayer a la obra de Cobeña, donde fallecieron tres obreros marroquíes, al gerente del Instituto de Seguridad y Salud Laboral y a técnicos de la Inspección de Trabajo. En el lugar, éstos pudieron comprobar que la obra "no cumplía la normativa de seguridad", según el informe provisional de la inspección.

El consejero de Empleo, Juan José Güemes, explicó que alrededor de las zanjas "no pueden trabajar máquinas, y en este caso había dos [junto al hoyo donde sucedió el accidente]". Pero, sobre todo, la zanja, de 3,6 metros de profundidad, no estaba entibada. "Esta medida es obligatoria a partir de 1,5 metros de profundidad. Se han producido accidentes semejantes en zanjas muy poco profundas", añadió Güemes.

De confirmarse estas dos ilegalidades que aparecen en el informe provisional de la inspección, la consejería "trasladará los resultados a la fiscalía, por si los hechos son constitutivos de delito", anunció el consejero. Asimismo, Empleo abrirá un expediente sancionador, tanto a la empresa subcontratada (Construcciones Albi) como a la contratista (Imasatec), como responsable solidario.

Domingo Martínez, de UGT, se quejaba ayer en el lugar del suceso de que el coordinador de seguridad de la empresa "ni siquiera se desplazó hasta la obra" tras el fallecimiento de los tres trabajadores.

Víctor Olmo, de CC OO, aseguró que situaciones como ésta se repiten continuamente, relacionadas con la subcontratación y la inmigración. Por ello, pidió que se regule urgentemente la subcontratación y se pongan "límites a las actuaciones de subcontratas para garantizar los derechos de los trabajadores, empezando por el derecho a la vida".

Uno de los compañeros de trabajo de los tres fallecidos, también de origen marroquí, se lamentaba amargamente cerca del lugar del siniestro: "Sólo bajamos a la zanja los marroquíes; los españoles se quedan arriba".

Sobre la firma

J. A. Aunión
Reportero de El País Semanal. Especializado en información educativa durante más de una década, también ha trabajado para las secciones de Local-Madrid, Reportajes, Cultura y EL PAÍS_LAB, el equipo del diario dedicado a experimentar con nuevos formatos.

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