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Los líderes de Ucrania acuerdan repetir las elecciones presidenciales sin concretar la fecha

La mediación internacional logra un compromiso a la espera del dictamen del Tribunal Supremo

Pilar Bonet

Los ciudadanos de Ucrania volverán a ser llamados a las urnas para votar en unas elecciones presidenciales cuyas características, número de candidatos, fechas e incluso marco jurídico se determinarán en consonancia con el fallo del Tribunal Supremo sobre la denuncia de fraude de los comicios del 21 de noviembre, que enfrentaron al jefe del Gobierno, Víktor Yanukóvich, y al jefe de la oposición, Víktor Yúshenko, y dieron la victoria oficial al primero. En relación al actual presidente, Leonid Kuchma, su sustituto, sea quien sea, tendrá unos poderes recortados a favor del Parlamento.

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Así será, si todo sale tal como planearon ayer los protagonistas de un conflicto político que tiene al país en vilo desde hace diez días, asistidos de nuevo por los mediadores internacionales, que volvieron a Ucrania transcurridos apenas cuatro días desde su primera gestión. Éste es en síntesis el resultado más importante de la mediación internacional, que volvió a reunir en Kiev al jefe de la política exterior europea, Javier Solana, al secretario general de la Organización para la Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE), a los presidentes de Polonia y Lituania y al jefe del parlamento ruso.

La diferencia entre el acuerdo de ayer y el del viernes es un encauzamiento claro hacia nuevas elecciones, que hace cada vez más irreal la confirmación de los resultados oficiales del 21 de noviembre. Preguntado por la posibilidad de que el Tribunal Supremo afirme la validez de aquellos comicios, Solana dijo ayer que, con ser posible, "no es probable". La salida de la crisis incluye un paquete legislativo que incluye la reforma de la ley de elecciones presidenciales, la aprobación de la ley de reforma política, que redistribuye los poderes del presidente en beneficio del Parlamento, y las consiguientes enmiendas en la Constitución.

Poner en marcha unas nuevas elecciones llevará aproximadamente un mes, dijo Solana, partidario de completar el trabajo "cuanto más pronto mejor". "La UE no tiene un candidato, sino que está defendiendo un proceso", dijo el jefe de la diplomacia europea. Antes, todos los actores habían comparecido en el palacio de Marinski de Kiev, donde las cámaras captaron el apretón de manos entre Yúshenko y Yanukóvich.

Entre los puntos del acuerdo alcanzado está el compromiso de no recurrir a la fuerza, el desbloqueo de los edificios administrativos frente a los que hay piquetes de manifestantes, y la creación de un grupo de trabajo de expertos bajo la presidencia del jefe del Parlamento, Vladímir Litvin, para hacer un análisis jurídico urgente y propuetas concretas para los cambios legislativos. "Todos comprenden que habrá un periodo para introducir las correspondientes enmiendas en la legislación de Ucrania", señaló el presidente Kuchma. Los participantes exhortaron a las fuerzas políticas a actuar teniendo en cuenta la necesidad de preservar la integridad territorial de Ucrania y sus intereses económicos.

A la espera del Supremo

Los mediadores deberán volver a Kiev para una tercera sesión después de que el Supremo anuncie su veredicto, esperado en los próximos días. Ayer, Yanukóvich presentó al tribunal una petición para que examine también las irregularidades detectadas en los comicios en las zonas del Oeste del país.

La jornada debió de ser muy tensa para el primer ministro, cuyo Gobierno fue objeto por la mañana de una moción de censura en el Parlamento. La moción, que prosperó y que fue presentada como jurídicamente vinculante por los legisladores, había perdido hierro al final del día, en función de la mediación internacional. De ponerse en práctica lo acordado ayer en la mesa redonda, el futuro próximo es de interinidad y al final del proceso, tras las elecciones, habrá otro Gobierno con otras competencias, además de otro presidente.

Las posiciones de los candidatos hasta ahora han sido diferentes. Yúshenko ha insistido en repetir la segunda vuelta y Yanukóvich ha accedido a una repetición parcial en las zonas donde se hubiera detectado fraude o bien nuevas elecciones. Kuchma apuesta por nuevas elecciones. Ayer, al conocerse el resultado de la mediación internacional, la plaza de la independencia de Kiev fue escenario de un castillo de fuegos artificiales. Desde la tribuna, Yúshenko pidió a los manifestantes que no bajen la guardia ni se vayan hasta que no se conozca el fallo del Supremo y se establezca la fecha de la repetición de las elecciones.

El acuerdo alcanzado ayer no dice nada sobre la presencia de los manifestantes en la calle. Las incógnitas son muchas, entre ellas la posibilidad de que Yanukóvich no compita por la presidencia y que aparezcan nuevos candidatos. En el zigzag político que un día favorece a un candidato y el siguiente a otro, Yanukóvich fue ayer el perdedor, cuando la Rada aprobó la moción de censura barriendo de nuevo a la mayoría progubernamental, integrada en torno al partido Regiones de Ucrania. Este grupo se resintió de la ausencia de sus diputados, que alegaban haber sido bloqueados por la multitud reunida en torno al edificio, y también de las deserciones.

El opositor Víktor Yúshenko (izquierda) y el primer ministro, Víktor Yanukóvich, tras reunirse ayer en Kiev.
El opositor Víktor Yúshenko (izquierda) y el primer ministro, Víktor Yanukóvich, tras reunirse ayer en Kiev.REUTERS

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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