La ponencia del 'plan Ibarretxe' se cierra sin resolver los desacuerdos entre el tripartito
La ponencia que debate en el Parlamento vasco las enmiendas parciales al plan Ibarretxe celebra hoy la última de las siete reuniones programadas con la discusión del preámbulo del proyecto y sin haber logrado ni ampliar el consenso a ninguna fuerza de la oposición ni siquiera solventar las diferencias que mantienen los propios grupos del Gobierno (PNV, EA y EB-IU). Pese a ello, la consejera portavoz del Ejecutivo, Miren Azkarate, calificó ayer de "totalmente positivo" la labor de la ponencia.
El grupo de trabajo debe ahora elevar un informe a la Comisión de Instituciones e Interior, donde se vivirá el primer debate con votación del texto, antes de pasar al pleno que, salvo sorpresas, se celebrará a finales de mes, posiblemente el día 30. El debate en comisión, programado para el 15 de diciembre, puede verse pospuesto algunos días por necesidades de Ezker Batua, ya que el fin de semana anterior se celebra la Asamblea Federal de IU y el mismo día 15, una conferencia de parlamentarios autonómicos.
El debate en la ponencia se ha desarrollado entre los tres grupos del Gobierno, fundamentalmente entre EB y los dos socios nacionalistas, PNV y EA. Hasta ayer no había aproximaciones en el articulado salvo en cuestiones de muy menor entidad y parece improbable que se produzcan, según la estimación de los propios implicados. Allí donde las distancias son evidentemente insalvables, los socios del tripartito vasco optarán por quedarse con el texto original aprobado por el Consejo de Gobierno hace 14 meses.
Descartada la abstención
La coalición de izquierdas busca al menos alguna modificación en lo relativo a la diferencia que el plan establece entre "nacionalidad" y "ciudadanía", con la que están en total desacuerdo. También discrepan frontalmente con sus socios sobre la Seguridad Social y el Poder Judicial. Fuentes de EB señalaron ayer que no se sienten en la obligación de llegar a la transacción con el PNV y EA a cualquier precio. Pero la portavoz del Gobierno descartó ayer que este grupo se desmarque del proyecto, ni siquiera con una abstención. La oposición da por hecho el voto afirmativo de EB, convencida de que su máximo dirigente y consejero de Vivienda, Javier Madrazo, alcanzó un compromiso personal con el lehendakari Juan José Ibarretxe para votar el plan si éste se comprometía a su vez a que el PNV apoyara el proyecto estrella de su acción de gobierno, la ley vasca del suelo.
La única posibilidad de que la propuesta de nuevo estatuto consiga la mayoría absoluta requerida pasa por que el grupo de la ilegalizada Batasuna la apoye, algo que parece descartado. La formación de Arnaldo Otegi ha ofrecido sólo votar sí al preámbulo, que concentra la doctrina más soberanista del texto. Pero ayer el presidente del PNV, Josu Jon Imaz, reiteró que el proyecto "no se troceará" para su votación y calificó de "juego perverso" el de Batasuna.
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