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Columna
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Incomprensión

"El siglo XX es el único que no ha oído su propia música", se oyó decir referido a la música culta. Y es verdad que aun no interesa, no gusta y se critica por hermética y fría; pero he podido comprobar que puede tratarse de incomprensión, pues una buena explicación antes de oírla puede hacer cambiar de idea.

Como conmemoración al "50 aniversario de Juventudes Musicales de Sevilla", que por cierto se merece el homenaje por tratarse de una asociación ejemplar, la Real Orquesta Sinfónica de Sevilla tomó la iniciativa de convocar a los aficionados a una charla, tan erudita como entretenida, de Eva Lainsa sobre el concierto de música del Siglo XX que, a continuación, interpretaría la ROSS. Los autores de las obras musicales eran Luciano Berio, Tomás Castillo y Dimitri Shostakovich. Las notas del catálogo, también muy buenas, estaban escritas por Tomás Marco.

Muy interesante y especialmente ilustrativa fue la obra de Luciano Berio: cuatro versiones orquestales sobre el tema de la retirada nocturna de Madrid de Boccherini, quien vivió muchos años en España e introdujo en su música temas populares españoles; uno de esos temas es el de la retreta que tocaban las tropas cuando se retiraban al atardecer, y es la que usa Berio en una de sus más brillantes obras. Más tarde, en el concierto, la orquesta interpretó a Boccherini seguido de Berio, lo que resultó un acierto y un éxito. Eva Lainsa afirmó que aquella mirada hacia el siglo XVIII nos recuerda que la música contemporánea no carece de referencias sino que las tiene muy fuertes. Es música de nuestro tiempo, continuó, un tiempo que privilegia la música de otros siglos y desconfía de la contemporánea, en la que encuentra una connotación elitista por la dificultad con la que tropieza para comprenderla, porque no se puede tararear a la salida del concierto, porque nos desconcierta. Pues sí, todo eso suele ocurrir y debe haber alguna razón lógica para esa incomprensión que no ocurre en otras artes. Quizá nos falte tesón; y desde luego conocimiento, porque aquel día, aunque Lainsa advirtió no era un concierto difícil, que se expresaba con claridad y distinción, si no hubiera estado todo preparado y explicado, dudo mucho que el público hubiera salido tan contento.

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